Un ambiente cálido y la tranquilidad de poder caminar por los callejones de la aldea San Miguel Los Lotes, en Escuintla, sin ser víctimas de violencia desapareció hace 30 días, por la erupción del volcán de Fuego, el cual formaba parte del paisaje. Alrededor de 186 viviendas quedaron soterradas y ahora son custodiadas por zopilotes, que se han acercado por el fuerte olor que emana de las casas cubiertas por material volcánico.
Asegura que la tranquilidad que se tenía en el sector era envidiable, debido a que los niños tenían que caminar unas cuadras para recibir clases y se iban con la seguridad de no ser asaltados o víctimas de violencia. “Nunca tuvimos problemas con la delincuencia porque todos eran honrados y nos conocíamos”, indica doña Verónica mientras contempla desde un costado del polideportivo del instituto a un grupo de jóvenes, entre ellos sus hijos, quienes observan el partido entre Bélgica y Japón.
Los días entre semana eran corridos, como en cualquier otro lugar, indica César. La mayoría trabajaban en la albañilería y algunos otros en la zafra. Los más jóvenes contaban con estudio en alguna empresa cerca del sector. “Los domingos eran chileros, nos juntábamos con la familia y hacíamos un churrasquito con mis papás”, dice mientras se le humedecen los ojos y recuerda que ahora ni eso tendrá debido a que su padre falleció.
“A muchas personas les da nostalgia y se sorprenden al ver cómo quedó San Miguel Los Lotes, imagínese nosotros que vivimos toda la vida en esa aldea tan bonita”, comenta el hijo de don Concepción, y se sienta junto a su familia en una colchoneta que está en el salón principal del instituto que funciona como albergue.
“La tiendona”
Loida Siquinajai, de 35 años, vivió toda su vida en San Miguel Los Lotes, ahí recibió la herencia de su padre y trabajaba arduamente junto con su esposo, Adolfo García, para sacar adelante a sus cuatro hijos. El pasado 3 de junio se alertó por la actividad volcánica por lo que empacó cinco pañales y se fue con sus cuatro hijos. Después de 29 días, regresó a Los Lotes para constatar lo que había visto en las noticias.
Adolfo García se dedica a la zafra, pero por ser un empleo que únicamente es por temporadas su apoyo era la tienda “Loida” que junto con su esposa administraban en Los Lotes. “Prácticamente no tenemos nada material, pero nuestros hijos y mi esposa estamos a salvo”, dice García quien recuerda que ese domingo se llevó a sus dos hijos a cortarles el pelo y su esposa se quedó en la casa con sus dos hijas. “Ella las agarró y me cuenta que se subieron a un carro y salieron”.
Los unifamiliares
A unos 15 kilómetros aproximadamente de San Miguel Los Lotes se encuentra la finca La Industria, la cual se conforma por 35 manzanas de terreno. Ese lugar está a disposición para albergar a las familias damnificadas; sin embargo, desde el 13 de junio se inició con la construcción de albergues temporales en lo que se inicia el proyecto de vivienda digna.
Hasta el momento se han completado 30 módulos unifamiliares, cada uno para cuatro familias, y se espera que para finales del presente mes estén concluidos los 250 módulos. Al menos 150 elementos del Ejército trabajan en la construcción, a ellos se les suman otras instituciones y voluntarios para agilizar el trabajo.
En el mismo terreno se tiene previsto la construcción de viviendas, pero esto aún está por iniciar con él trabajos de topógrafos quienes hacen las mediciones respectivas. El Gobierno con ayuda del sector privado tiene planificado construir mil viviendas para las familias damnificadas de San Miguel Los Lotes y de otras aldeas y colonias aledañas, en donde no es habitable.
Los sobrevivientes no se dan por vencidos y pese a que se ha restringido el paso a la zona cero, ellos continúan la búsqueda de cuerpos debido a que no han localizado a todos sus familiares. Permanecer un día más en San Miguel Los Lotes es riesgoso debido a los lahares que producen las lluvias, sumado a la actividad volcánica, la aldea pintoresca con una bella vista hacia el volcán de Fuego ha sido devastada.