El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció el jueves que invitará al mandatario estadounidense Donald Trump a que asista a su toma de posesión el 1 de diciembre, y que “él decida”.
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“Se le va a hacer la invitación. Somos países vecinos, tenemos relaciones económicas comerciales, vínculos de amistad, nos importa mucho la cooperación para el desarrollo con el gobierno de Estados Unidos, tenemos 3.180 km de frontera… de modo que el presidente Trump va a ser invitado”, insistió.
Como es habitual en los relevos de administración, la invitación se extendió a otros presidentes y jefes de Estado, incluido el primer ministro canadiense Justin Trudeau, pero López Obrador subrayó la importancia de tener buenas relaciones con sus vecinos del norte porque los tres países se hallan inmersos en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Trump ha sido un crítico permanente de México y ha dicho que lo forzará a pagar un muro en la frontera común, algo que las autoridades mexicanas han rechazado. López Obrador –también conocido como AMLO, por sus siglas– ha insistido en que evitará una confrontación y que su política exterior se basará en tres ejes: no injerencia en asuntos internos, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de controversias.
En una larga conferencia de prensa, el virtual presidente electo anunció propondrá al exalcalde de Ciudad de México, Marcelo Ebrard, como el futuro canciller, un cargo que deberá ser ratificado por el Senado. “Le tengo toda la confianza, es un hombre con experiencia que nos va a ayudar mucho”, indicó.
De hecho, será Ebrard quien prepare el encuentro de López Obrador con el secretario de Estado de Estados Unidos, Michael Pompeo, el próximo 13 de julio, una reunión que tendrá como objetivo “dar un primer vistazo” a la agenda bilateral entre ambos países.
Además, el equipo de transición del izquierdista le presentará al estadounidense “un esbozo de propuesta” sobre sus planteamientos, en palabras de López Obrador, que inmediatamente después se hará público en aras de la transparencia.
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En su visita a México, Pompeo se encontrará también con el actual mandatario, Enrique Peña Nieto, y el canciller Luis Videgaray.
Marcelo Ebrard –que también dirigirá la participación de López Obrador en la cumbre de la Alianza del Pacífico en Puerto Vallarta el 24 de julio– fue alcalde de la capital mexicana entre 2006 y 2012, justo después de López Obrador. Antes ejerció como subsecretario de Relaciones Exteriores en la última etapa del presidente Carlos Salinas de Gortari, del que aún es el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Durante su periodo como alcalde, cargo al que llegó de mano del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), Ebrard fue objeto de duras críticas, sobre todo, por los problemas de construcción que hubo en una línea del metro de la capital y que obligó a que se cerrara ese tramo durante casi un año.
López Obrador ha estado rodeado de prensa desde su victoria y se ha mostrado dispuesto a contestar preguntas aunque a veces se encontraba en medio de intensos apretones. Según explicó, sigue sin tener decidido cómo abordará el tema de su seguridad aunque mantuvo que no utilizará al Estado Mayor Presidencial, como hacían los anteriores gobernantes.
Insistió en que la gente “y ustedes”–en referencia a la prensa– “me protegerán” pero dada las grandes expectativas que ha generado su victoria pidió a los medios de comunicación, tan solo “un poquito de privacidad”.
“No me dejan descansar”, bromeó a los periodistas.