El embrollo judicial, que en cuestión de horas ha hecho pensar que Lula da Silva quedaría libre, luego que seguiría preso y después, otra vez, que sería liberado, está creando una verdadera confusión en Brasil.
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"Reitero el contenido de las decisiones anteriores, determinando el inmediato cumplimiento de la medida de liberación en el plazo máximo de una hora", escribió el juez Rogério Favreto, de la TRF4.
La asesoría de prensa del tribunal confirmó que, aunque el juez relator del caso había cancelado la orden poco antes, por considerar que no se puede desacatar una decisión colegiada anterior, la orden del juez de guardia es la que vale ahora.
"Determino que la autoridad coautora" de la orden y la Policía Federal "se abstengan de practicar cualquier acto que modifique la decisión colegiada" del tribunal, había escrito previamente el juez Joao Pedro Gebran Neto, encargado de la operación anticorrupción Lava Jato en el tribunal TRF4 de Porto Alegre.
Pese a estar oficialmente de vacaciones, el juez Sergio Moro, que condenó a Lula en julio de 2017, afirmó que Favreto carecía de competencia para ordenar la liberación y pidió a Gebran Neto, "el relator natural del caso", que tomara cartas en el asunto para "revocar" la medida.
"El juez federal de guardia, con todo el respeto, es una autoridad absolutamente incompetente para sobreponerse a la decisión del colegiado" del TRF4 y también "del plenario del Supremo Tribunal Federal", que ya negó la liberación de Lula recientemente, adujo Moro en su despacho.
La nueva decisión del juez Favreto acepta una demanda de "habeas corpus" presentada el viernes por varios diputados del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), y argumenta que su encarcelamiento, "ilegal e inconstitucional", no puede restringir los derechos políticos ni los "actos inherentes a la condición de precandidato" de Lula.
*Con información de AFP