Don José Luis López Molina, de 47 años, sigue a la espera de que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) le entregue los cuerpos de sus sobrinos, son cinco familiares que aún le falta por dar cristiana sepultura.
Los cuerpos de sus seres queridos fueron ubicados pocos días después de la erupción del volcán de Fuego y ya se superaron los 30 días y también les sacaron sangre para pruebas de identificación.
El deseo de don José Luis y su familia es salir de esta tormentosa situación y enterrar a todos sus seres queridos.
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Su mamá estaba de visita
La madre de don José se encontraba de visita en la casa de su hermana, en lo que fue San Miguel Los Lotes, cuando ocurrió la tragedia. "La última ve que hablé con mi mamá fue a las 12 de ese día, había ido a visitar a mi hermana", lamenta.
Asegura que él vive en Chimaltenango y su madre siempre llegaba a visitarlo y a su hermana; esta fue una de esas ocasiones.
Proceso lento
Sin embargo, el proceso que realiza el Inacif es minucioso y exhaustivo. Esto obedece, principalmente, porque muchos de los hallazgos son partes de cuerpos lo cual dificulta su identificación.
Además, según explicó Fanuel García, director del Inacif a Publinews en una oportunidad anterior, hay algunos restos que solamente son huesos y se torna dificultoso lograr obtener el ADN.
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