El expresidente Otto Pérez Molina, sindicado en varios casos de corrupción, lleva más de dos meses hospitalizado; sin embargo, de acuerdo con evaluaciones realizadas por expertos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), no es necesario que permanezca en un centro asistencial.
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En declaraciones a Emisoras Unidas, el director de la entidad, Fanuel García, detalló que en los diferentes informes se ha indicado que el estado de salud del exgobernante no amerita que reciba cuidados intensivos en un hospital, sino que puede seguir un tratamiento ambulatorio desde la prisión.
De acuerdo con el funcionario, en todos los análisis practicados se ha tenido como resultado que el exmandatario padece de una enfermedad cardiaca desde tiempo atrás, para lo cual ya cuenta con un tratamiento. Asimismo, no se ha detectado que haya un nuevo padecimiento.
En tanto, el abogado defensor de Pérez dio a conocer que su cliente continúa internado en el Centro Médico Militar debido al riesgo que tiene de sufrir una muerte súbita por su estado de salud.
Muestra radiografías
Aunque en anteriores ocasiones Pérez Molina había mencionado sus padecimientos médicos, que incluso han sido causa para que se ausente de audiencias en seguimiento a los casos en donde está sindicado, fue hasta el 5 de marzo de este año cuando reveló la enfermedad que tiene.
El exgobernante explicó que padece “fibrilación ventricular maligna” y que ello podría causarle la muerte. Según Pérez, debido a esa condición médica, el corazón hace el movimiento para bombear sangre tan rápido que ya no la logra enviar y se produce un desmayo.
Aclaró que no necesariamente debe estar hospitalizado, pero no se sabe cuándo ocurrirá una muerte súbita.
“Tengo implantado un aparato, es un cardiodesfibrilador, porque en mi corazón detectaron que tenía un problema”, dijo.
