Un total de 97 pasajeros y 4 tripulantes sobrevivieron el martes al desplome del avión de la aerolínea Aeroméxico, luego de que este se precipitara al suelo minutos después de haber despegado del Aeropuerto Guadalupe Victoria, en Durango.
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Los pasajeros agradecieron salir con vida del desastre, que en principio se temía dejara un saldo de víctimas más grave, pero muchos estaban muy conmocionados por el accidente.
“Estuvo muy muy feo”, dijo Lorenzo Núñez, un pasajero que escapó de la aeronave con sus dos hijos y su esposa, citado por AP. “Se incendió en cuestión de segundos”, dijo a reporteros, chasqueando sus dedos para darle énfasis a sus palabras.
“Sentíamos las llamas, estaban viniendo rápidamente (…) había mucho humo”, relató por su parte Jaquelín Flores, al diario El Sol de México.
Rómulo Campuzano, otro de los pasajeros y líder de un partido político del estado de Durango, contó a Foro TV que cuando él escapó del avión, ambas alas estaban en llamas.
El momento del accidente
Una ráfaga de viento que golpeó la aeronave cuando esta iniciaba su despegue fue lo que obligó al piloto a abortar la operación, explicó el gobernador de Durango, José Aispuro.
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Pasajeros relataron haber escuchado un fuerte ruido cuando el ala izquierda golpeó el suelo y ambos motores se desprendieron. El aparato quedó erguido y las rampas de emergencia se activaron.
“Lo más importante dentro de la gravedad de un accidente de esta naturaleza es que no hubo fallecidos. Eso es lo que más nos alienta”, señaló Aispuro en una conferencia de prensa.
Tras el siniestro, varios pasajeros se alejaron caminando, momentos antes de que los equipos de emergencia llegaran a la zona. Algunos buscaron atención médica y otros corrieron con sus seres queridos.
Las autoridades pasaron gran parte de la tarde rastreando a los sobrevivientes para asegurarse de tenerlos localizados a todos.
“Tuvimos de 3 a 4 minutos para salir del avión antes de que explotara”, comentó otro pasajero, citado por El Universal. Otro de los sobrevivientes, citado por el mismo medio, afirmó que el accidente se sintió “como el golpe de un rayo”.
En total, 49 personas fueron hospitalizadas, la mayoría con lesiones leves. El piloto del avión era el herido más grave, con una lesión cervical que requirió de una intervención quirúrgica.
Algunas personas presentaban quemaduras en una cuarta parte del cuerpo, dijo por su parte Fernando Ros, vocero de la Secretaría de Salud de Durango, citado por AP.
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