"La Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo", dispuso el papa Francisco en una audiencia concedida al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Se trata de una paso muy importante para la historia de la Iglesia, al eliminar la legitimación de la pena de muerte con la modificación del artículo 2.267 del catecismo, el libro que contiene la explicación de la doctrina católica.
Hasta 1992, el catecismo no excluía la pena capital en casos extremos.
En el nuevo texto, se explica que "durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común".
Sin embargo, reconoce que "hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves".
El texto oficial entrará en vigor, como prevén las normas, tras la publicación por el diario oficial L'Osservatore Romano y en las Acta Apostolicae Sedis.
La modificación será explicada a través de una carta a todos los obispos escrita por el cardenal español Luis F. Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
"Con esta decisión del papa Francisco, todos los católicos nos convertirnos en constructores de un mundo sin pena de muerte", declaró satisfecha la comunidad católica de San Egidio, entre los promotores de la campaña mundial contra la abolición de la pena capital.
La decisión del papa argentino llega tras décadas de batalla de varios pontífices contra la pena de capital, comenzando por Pablo VI a mediados del siglo XX.
Todavía vigente
Según datos de la organización humanitaria Amnistía Internacional (AI), en 2017 se registraron 993 ejecuciones en 23 países, con una reducción del 4 % con respecto al 2016. La mayoría de las ejecuciones tuvieron lugar en China, Irán, Arabia Saudí, Irak y Pakistán, en ese orden.
Estados Unidos sigue siendo el único país de la región de las Américas que llevó a cabo ejecuciones (23) y dictó 41 condenas a muerte.
*Con información de AFP