En medio de un elaborado acto en el centro de la capital, el derechista Iván Duque asumió la Presidencia de Colombia, en reemplazo del liberal Juan Manuel Santos.
Duque, ahijado político del exmandatario Álvaro Uribe (2002-10), juró el cargo para el cual fue elegido por los próximos cuatro años, en una ceremonia pública realizada en la Plaza de Bolívar.
Abogado de 42 años, el ahora nuevo presidente colombiano asume la presidencia de Colombia empeñado en endurecer la política de paz de su antecesor y en asfixiar diplomáticamente al gobierno de Nicolás Maduro, en Venezuela.
Tendrá como vicepresidenta a la conservadora Marta Lucía Ramírez, la primera mujer en ocupar el cargo.
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En su primer discurso como mandatario de Colombia, abogó por la paz y por la política sin corrupción.
"Quiero una Colombia donde todos podamos construir la paz", señaló Duque, quien al mismo tiempo anunció "correctivos" al acuerdo suscrito con la ya disuelta guerrilla de las FARC.
"Por el respeto a Colombia y por el mandato ciudadano que recibimos, desplegaremos correctivos para asegurar a las víctimas verdad, justicia proporcional, reparación y no repetición", afirmó en su discurso.
Duque, quien asumió con el respaldo del partido más opuesto al pacto con los rebeldes, agregó que también corregirá "fallas estructurales" en la implementación de los compromisos asumidos por Santos.
Aunque no dio pistas concretas sobre el tipo de modificaciones que introducirá al pacto que ha evitado 3 mil muertes al año, criticó específicamente que los jefes rebeldes acusados de delitos atroces sigan ocupando uno de los diez escaños que les reservó el acuerdo.
El convenio, que permitió el desarme de 7 mil guerrilleros el año pasado y ha aliviado un conflicto de más de medio siglo que deja millones de víctimas, también prevé reformas rurales y un sistema especial de justicia.
"Las víctimas deben contar con que habrá reparación moral, material y económica por parte de sus victimarios y que no serán agredidas por la impunidad", sostuvo.
En esa misma línea, Duque anunció que endurecerá las condiciones en el proceso de paz con la última guerrilla del país, el ELN.
"Quiero dejar absolutamente claro, que un proceso creíble debe cimentarse en el cese total de acciones criminales, con estricta supervisión internacional, y tiempos definidos".
"Queremos avanzar pero para avanzar hay que dejar la impronta de que el pueblo colombiano no tolerará que la violencia sea legitimada como medio de presión al Estado", enfatizó.
El gobierno de Santos dejó en curso los diálogos con el ELN, alzado en armas en 1964 inspirado en la revolución cubana y la teología de la liberación.
En su discurso, Duque también hizo énfasis en temas, educación, cultura y salud, afirmando que durante su gobierno va a despolitizar los hospitales públicos.
Por último, el nuevo presidente abogó por una unión entre izquierda y derecha, en pro de inversiones que repercutan en la calidad de vida de los ciudadanos colombianos.
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