Indígenas guatemaltecos enterraron en el norte del país las osamentas de 47 víctimas del conflicto armado interno que se vivió en el país entre los años 1960 y 1996, informaron organizaciones comunitarias.
Los restos de estas personas fueron sepultados por sus familiares en el municipio maya-ixil de Santa María Nebaj, en el departamento de Quiché, 105 km al norte de la capital, señalaron en un comunicado la Asociación Campesina de Desarrollo Integral Nebajense (ASOCDENEB) y la Asociación de Movimiento de Víctimas del Norte de Quiché (ASOMOVIDINQ).
Las osamentas fueron exhumadas por forenses hace seis años en un terreno que funcionó como cementerio clandestino durante el conflicto armado en la aldea Ixtupil del poblado de Santa María Nebaj, que sufrió una fuerte represión militar entre la década de los años 70 y 80.
"A finales de la década de los 70 dio inicio una de las etapas más difíciles y violentas en la historia de esta comunidad Ixil. Entre los años 1980 y 1982 la violencia se hizo indiscriminada, acabando con la vida de gran parte de la comunidad", detalló el texto.
De las 47 víctimas, la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) identificó a 14 y el equipo de esa entidad "continuará analizando las muestras ADN para poder identificar al resto de las otras 33", precisaron ambas asociaciones.
En junio pasado, indígenas del occidental poblado de San Juan Comalapa, ubicado en el departamento de Chimaltenango, sepultaron las osamentas de 172 víctimas de la guerra civil que fueron desenterradas en el sitio donde funcionó un cuartel militar durante el enfrentamiento entre el ejército y guerrillas marxistas.
Un informe de la ONU presentado en 1999 indicó que en el conflicto armado se cometió genocidio y que 83.33% de los 200 mil muertos y desaparecidos que dejó eran indígenas.
El documento responsabilizó a las fuerzas del Estado de 93% de estos crímenes.
* Con información de la agencia de noticias AFP.