Más de siete décadas después de la caída de la bomba atómica, sigue existiendo "el espectro de una matanza impensable", dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, durante la ceremonia en honor a las víctimas de Nagasaki.
Guterres lamentó que las potencias nucleares gasten "sumas enormes" para modernizar su arsenal y que "los procesos de desarme se hayan frenado o incluso detenido".
"Hay una necesidad urgente de desarme de todo tipo, en particular nuclear".
Por su parte, el alcalde de Nagasaki, Tomihisa Taue, lanzó un mensaje similar y advirtió de "la tendencia de nuevo visible de algunos países de reforzar su potencia militar con armas nucleares".
Japón está preocupado en particular por la amenaza que supone el programa nuclear de Corea del Norte, a pesar de que las tensiones se han rebajado en los últimos meses.
Recuerdan a las víctimas
Como cada año, una campana sonó en Nagaski a las 11:02 (hora local), la hora exacta en la que estalló la bomba atómica del 9 de agosto de 1945.
La bomba de plutonio, lanzada por Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, mató a 74 mil personas. Tres días después, otra bomba mató a 140 mil personas más en la ciudad de Hiroshima. Pocos días más tarde, el 15 de agosto de 1945, Japón anunció la capitulación y abrió la vía al fin del conflicto.
El movimiento de paz y desarme nuclear, iniciado por los sobrevivientes de los bombardeos, se propagó por todo el mundo, pero la frustración por sus lentos avances provocó la adopción del Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares el año pasado.
Pese a ser el único país del mundo que sufrió ataques nucleares, Japón no ha firmado el tratado por su sensible posición como aliado de Estados Unidos, protegido por su paraguas nuclear.
El alcalde Taue instó al gobierno nipón a hacer más para encabezar el desarme, especialmente en la región, ayudando a conseguir resultados en los esfuerzos para la desnuclearización de la Península de Corea.
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*Con información de AFP y AP