Durante una audiencia en el Vaticano, la cual dedicó a su visita a Irlanda, donde el escándalo de los abusos ha dado por tierra con la credibilidad de la Iglesia católica, el papa Francisco lamentó que las autoridades no respondieran a los delitos.
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En su aparición, Francisco omitió, no obstante, una frase de su discurso preparado, que señalaba que durante su paso por Irlanda rezó para que la Virgen María interviniera para darle fuerza a la Iglesia para “perseguir firmemente la verdad y la justicia” para ayudar a las víctimas a sanar.
El último día de su estancia en territorio irlandés se vio eclipsado por la publicación del testimonio de un exnuncio de la Santa Sede, quien acusó a las autoridades vaticanas, incluyendo a Francisco, de encubrir al excardenal Theodore McCarrick, pese a saber durante años de sus abusos contra seminaristas.
El autor del documento (el exnuncio en Estados Unidos, arzobispo Carlo Maria Vigano) dijo incluso que el Papa debería renunciar debido a su complicidad en el escándalo.
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En Estados Unidos, obispos y laicos por igual han reclamado una investigación independiente para determinar quién y cuándo estaba al tanto de los abusos de McCarrick, y cómo este pudo ascender en la jerarquía a pesar de que era un secreto a voces que habitualmente invitaba a los seminaristas a su casa de playa en Nueva Jersey.
El mes pasado, el Papa destituyó a McCarrick y le ordenó llevar una vida de penitencia y oración después que una investigación de la Iglesia estadounidense certificó la credibilidad de una denuncia de abuso en su contra.
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El documento acusatorio de Vigano, de 11 páginas, alega que, desde 2013, Francisco estaba al tanto de la afición de McCarrick por los seminaristas adultos, y que le levantó las sanciones que Benedicto XVI supuestamente le había impuesto entre 2009 y 2010. Estas denuncias han estremecido el pontificado de Francisco.
Sin embargo, abundan las pruebas de que el Vaticano, bajo la dirección de Benedicto XVI y Juan Pablo II también encubría la información, y que las sanciones dispuestas por Benedicto, si existieron, jamás fueron impuestas.
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Vigano, quien no presentó pruebas de que Francisco levantó en efecto las presuntas sanciones, se limitó a decir que McCarrick se había convertido en un asesor íntimo del actual Papa.
*Con información de AP