El incendio del Museo Nacional de Rio de Janeiro destruyó la memoria de una ciudad que fue capital de un imperio, y colocó en primer plano el debate sobre los recortes presupuestarios que amenazan la preservación de un patrimonio multisecular.
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"No sirve solo llorar. Es necesario que el gobierno federal, que dispone de recursos, ayude al Museo a reconstruir su historia", afirmó el lunes el director de la bicentenaria institución, Alexandre Keller.
"Clamamos por ayuda. Que las personas se indignen por lo que sucedió acá. Parte de esta tragedia pudo evitarse. No sirve solo llorar. Ahora tenemos que actuar".
Por la mañana, los trabajadores del museo se abrazaban y trataban de ver de cerca la magnitud del desastre: los hierros retorcidos y los escombros se acumulaban en la planta baja; el techo desapareció y una de las alas del segundo y del tercer piso se derrumbaron. La fachada, chamuscada, resistió.
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Con prudencia, los bomberos empezaron a ingresar en las ruinas del edificio, para verificar si aún se puede "salvar algo" de su inmenso patrimonio, dijo un portavoz del cuerpo. La operación, no obstante, es peligrosa por los desprendimientos de material.
Las llamas se extendieron rápidamente por las tres plantas del museo, que contenían materiales altamente inflamables. Los equipos de emergencia tardaron cerca de seis horas en controlarlo.
Lo que se perdió
El Museo Nacional era el mayor museo de antropología e historia natural de América Latina, con más de 20 millones de piezas y una biblioteca de más de 530 mil títulos.
Tenía una particular reputación por la riqueza de su departamento de paleontología, con más de 26 mil fósiles, entre ellos un esqueleto de dinosaurio descubierto en Minais Gerais y numerosos especímenes de otras especies extinguidas, como perezosos gigantes y tigres dientes de sable.
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Una de las piezas más lloradas es la del más antiguo fósil humano descubierto en Brasil, conocido con el nombre de "Luzia".
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"Hoy es un día trágico para Brasil. Se han perdido doscientos años de trabajo, de investigación y conocimiento", afirmó el presidente Michel Temer el domingo.
El museo fue creado en 1818, pero fue hasta 1892 que se instaló en su actual ubicación, el expalacio imperial de San Cristóbal, en el parque de Boa Vista en el norte de Rio, que alberga un excepcional jardín botánico de 40 hectáreas.
*Video e información de AFP