La madrugada del 3 de septiembre de 2015 se anunció sobre la decisión del entonces mandatario Otto Pérez, electo por el extitnto Partido Patriota, de renunciar a su cargo, al que se había aferrado que iba a entregar el 14 a las 14.
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El Congreso de la República votó a favor de despojar a Pérez de su inmunidad, señalado de liderar la estructura de defraudación aduanera conocida como “La Línea”, que había logrado la captura, para entonces, de su ex vicepresidenta Roxana Baldetti.
Veinticuatro horas después de haber perdido su derecho de antejuicio, el juzgado de Mayor Riesgo B, a cargo de Miguel Ángel Gálvez, giró una orden de captura en contra del mandatario.
El 21 de agosto de ese año, el Ministerio Público presentó una solicitud de antejuicio en su contra; sin embargo, mediante a cadena nacional, Pérez aseguró que no iba a dejar el cargo y que iba a dar la cara.
A unas horas de haber informado sobre su renuncia, Pérez se presentó ante el Juzgado de Mayor Riesgo B, y desde entonces fue enviado a prisión preventiva por este caso.
Doble proceso
El expresidente Pérez está vinculado, desde el 28 de julio de 2016, en el caso denominado “Cooptación del Estado”, una supuesta megaestructura de corrupción, que se ha dividido en varias fases: apoderamiento de varias entidades públicas para beneficiar con contratos a amigos y familiares; la “Cooperacha”, compra de lujosos regalos para el binomio del PP; y el contrato de concesión de la Terminal de Contenedores Quetzal (TCQ).
De este caso han surgido nuevas investigaciones como el caso de Construcción y corrupción, Odebrecht, y RCI, caja de pagos.
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En el hospital
El expresidente se encuentra hospitalizado en el Centro Médico Militar desde el pasado miércoles 8 de agosto, por un problema cardiaco.
Para este 4 de septiembre está prevista la cirugía para reemplazar el aparato cardiodesfibrilador, que realizó cuatro descargas el pasado 3 de agosto para estabilizar al general.