Estados Unidos logró debatir el miércoles, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el tema de la crisis en Nicaragua, decisión que fue duramente criticada por Rusia y China.
Tanto Moscú como Pekín denunciaron la "injerencia" de Washington en los asuntos internos de otra nación y lo acusaron de tener "tendencias colonialistas".
"La situación en Nicaragua se debe resolver por diálogo pacífico y sin presiones externas desde el exterior. (…) No tiene lugar en el orden del día del Consejo", señaló el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia.
La reunión de hoy representa "un ejemplo edificante y triste de interferencia externa y destructora", añadió. "Tenemos la impresión de que el Consejo de Seguridad es como un juez de Nicaragua", aún cuando en este país "la situación se ha estabilizado recientemente", dijo.
Por su parte, el representante de boliviano, Sacha Llorenti, coincidió con su par ruso al considerar como un "despropósito" que el Consejo se involucre en Nicaragua.
Para el delegado boliviano, Washington busca la desestabilización de un gobierno "democráticamente electo", cuando son los nicaragüenses quienes deben encontrar por sí mismos la respuesta a sus problemas.
Nicaragua, en contra
Nicaragua, que asistió a la sesión como invitada, representada por el canciller Denis Moncada, también denunció "una clara injerencia en los asuntos internos" de su país.
"Exigimos el fin de cualquier política intervencionista que viole el derecho internacional", dijo Moncada, asegurando que su gobierno respeta los derechos humanos.
Más temprano, Féliz Maradiaga, un líder de la sociedad civil nicaragüense invitado a la sesión, dio cuenta de varios abusos y violaciones a los derechos humanos en su país.
"Vengo a trasmitir la urgencia de la situación", dijo, añadiendo que es la población la que sufre una "persecución indiscriminada" de parte de "personas armadas y enmascaradas".
"Se requiere ayuda de la ONU antes de que sea demasiado tarde", finalizó.
Al igual que Rusia, China, Bolivia y la propia Nicaragua, también Venezuela, Kuwait, Kazajistán, Etiopía y Guinea Ecuatorial rechazaron la iniciativa estadounidense.
*Con información de AFP