El papa Francisco conversó este martes, por casi dos horas, con los 42 obispos venezolanos, que después de nueve años celebran la tradicional visita "ad limina" al pontífice y al Vaticano.
Francisco, quien en su mensaje instó a los religiosos a seguir ayudando "al pueblo que sufre" en Venezuela, en particular a los que emigran, también los invitó a "desprenderse de las propias categorías" y a trabajar "hacia el futuro".
En declaraciones a la prensa al término de la reunión, monseñor José Luis Azuaje, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, aseguró que en su país "hay un quiebre del alma del pueblo".
Azuaje, que en julio denunció la "perversa ideología" del gobierno del presidente Nicolás Maduro, evitó, no obstante, emplear esos términos ante los periodistas.
"Podemos estar o no de acuerdo con el sistema político, lo importante para nosotros es salvaguardar la libertad del pueblo venezolano, promover su dignidad y defender los derechos humanos", resumió el arzobispo de Maracaibo.
"Que haya un desarrollo humano sostenible en el tiempo, en el que todos tengan cabida, que haya participación", añadió.
Piden intercesión del Papa para liberar a "presos políticos"
Durante una reunión privada realizada el sábado en El Vaticano, Omar Barboza, presidente del opositor Parlamento de Venezuela, solicitó al papa Francisco interceder por la liberación de los "presos políticos" y el "restablecimiento de la democracia" en el país petrolero.
Barboza presentó al pontífice una lista de 349 opositores encarcelados, incluido el diputado Juan Requesens (detenido hace un mes acusado de supuesta complicidad en el "atentado" con explosivos en contra de Maduro).
El Parlamento es el único poder controlado por la oposición en Venezuela, pero todas sus decisiones son desconocidas por el gobierno y los otros poderes, tras haber sido declarado en "desacato" por el Tribunal Supremo de Justicia.
*Con información de AFP