Algo insólito sucedió luego de que Neil Armstrong y el Apolo 11 viajaran a la Luna en 1969.
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El astronauta volvió a la Tierra en julio de ese año, trayendo consigo varias piedras recolectadas en la superficie lunar. Cada uno de los 50 estados de Estados Unidos recibió una de las rocas, pero por alguna razón, a varias de esas se les perdió la pista y se extraviaron.
El abogado Joseph Gutheinz, que durante años ha estado detrás de las famosas rocas, dice que le parece “insólito” que algunos estados no las hayan preservado cuidadosamente y que desconozcan su paradero.
En las últimas semanas, fueron ubicadas las de Luisiana y Utah, con lo que solo resta dar con las de Nueva York y Delaware. Gutheinz espera poder dar con ellas antes del próximo año, cuando se celebra el 50 aniversario de la misión del Apolo 11.
“Son un pedazo tangible de la historia”, sostiene.
“La primera misión de Neil Armstrong… fue agacharse y recoger algunas piedras y polvo en caso de que tuviesen que hacer una partida súbita”.
Gutheinz explica que el gobierno del presidente Richard Nixon repartió estas pequeñas muestras (recubiertas de acrílico e incrustadas en una placa de madera) a los 50 estados y otros 135 países, pero no se guardaron registros y la mayoría desaparecieron.
Cuando inició su búsqueda, en el 2002, calculó que 40 estados no sabían dónde estaban las piedras.
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Algunas fueron a parar a museos y otras se exhibían en los capitolios estatales. Pero casi ningún estado las registró en los archivos oficiales.
“Creo que todo esto obedecen, en parte, a que creíamos que los viajes a la Luna iban a ser algo común”.
Sin embargo, hubo solo cinco viajes más a la Luna, el último de ellos el que realizó Apolo 17 en 1972.
De las piedras de la Apolo 11 cedidas a otros países, no se conoce el paradero del 70 % de ellas.
El gobierno repartió una segunda tanda de piedras de la Luna entre los estados y otras naciones después del viaje de la Apolo 17 y a muchas de ellas también se les perdió la pista.
Gutheinz fue investigador de la NASA y descubrió que algunas de las piedras se vendían ilícitamente en el mercado negro, solicitando por ellas millones de dólares.
El abogado señala que las piedras lunares auténticas son consideradas tesoros nacionales y no pueden ser vendidas.
Las piedras recuperadas
En varios casos Gutheinz tuvo suerte para hallar las rocas. El diario The Advocate, de Baton Rouge, encontró la piedra de Luisiana a principios de agosto tras una llamada del investigador.
En Utah tampoco había registros del paradero de la muestra, pero la AP confirmó que está guardada en el Planetario Clark, de Salt Lake City.
Por otro lado, las autoridades neoyorquinas dicen no tener registros de lo que pasó con su piedra.
La de Delaware, por su lado, fue robada de un museo estatal el 22 de septiembre de 1977. Se hizo la denuncia, pero la policía nunca la encontró.
*Con información de AP