El Reino Unido todavía está luchando para llegar a un acuerdo, ya que la fecha oficial de salida se acerca rápidamente. Según Stefan Auer, profesor de estudios europeos de la Universidad de Hong Kong, el proceso Brexit se encuentra ahora en un "punto sin retorno".
"Lo que sea que deseen los oponentes del Brexit, la pregunta ya no es si va a suceder, sino cuándo sucederá, bajo qué condiciones y bajo qué liderazgo", dijo a Metro. "No habrá un segundo referéndum, ya que no es deseable ni factible. Sin embargo, sabemos muy poco sobre las modalidades de salida y las relaciones actuales entre la UE y el Reino Unido que seguirían".
Auer gregó que "al igual que en cualquier divorcio, lo más difícil de aceptar podría ser la necesidad de ver a su ex pareja con quien comparte intereses comunes. Particularmente en el lado de la UE, hay menos aceptación entre los líderes políticos del hecho de que el Reino Unido no será cualquier otro tercer país. El Reino Unido será un estado ex miembro, que seguirá compartiendo una gran cantidad de intereses con la UE. Los problemas en el lado británico son posiblemente más serios. Más de dos años después del referéndum, no hay claridad sobre la posición del Reino Unido".
Para saber más, Metro habló con Rob Ackrill, profesor del departamento de economía de la Universidad de Nottingham Trent, Reino Unido, y Jonathan Portes, profesor de economía y políticas públicas en el King's College de Londres.
P & R
¿En qué punto está el Reino Unido con relación al Brexit?
– A pesar de que estamos a más de dos años del referéndum, el gobierno del Reino Unido y destacados activistas de la izquierda dentro del gobernante Partido Conservador todavía discuten sobre lo que el Reino Unido debería buscar en las negociaciones. La Primera Ministra, Theresa May, se apega firmemente al plan presentado en julio y conocido como el Plan Checkers. Esto ha llevado a los pro-Brexit de línea dura a oponerse al Plan, por no ofrecer el tipo de Brexit que desean, lo que implica no estar más atados a las políticas comerciales de la UE y así poder negociar libremente acuerdos comerciales con otros países.
Mientras tanto, Michel Barnier, el funcionario de la Comisión Europea que lidera el lado de la UE en las negociaciones, ha rechazado elementos clave del Plan Checkers y, en cambio, propuso que el Reino Unido adopte un acuerdo similar al que tiene la UE con Canadá. Esto también es inaceptable para los intransigentes en el gobierno. En resumen, seguimos siendo testigos de enormes diferencias entre las partes en lo que quieren y en lo que ofrecen.
¿Cuáles son los principales obstáculos para llegar al acuerdo?
– Hay varios obstáculos masivos. Actualmente, Theresa May se está apegando a su Plan Checkers, pero Michel Barnier lo ha rechazado. La razón de esto es que el Plan, de manera significativa, no encaja con los aspectos técnicos de cómo funciona la Unión Europea. La UE es, en el fondo, un acuerdo técnico complejo entre sus estados miembros. Cualquier acuerdo que varíe de esas reglas subyacentes amenaza la base para la UE. Esta es la razón por la cual Michel Barnier propuso un acuerdo comercial de tipo canadiense, porque eso se ajusta a las estructuras, reglas y formas de trabajo de la UE. Alguien tiene que ceder, y es probable que tenga que ser Theresa May, al menos, adaptando elementos clave del Plan Checkers. Sin embargo, existe una sombra masiva que se cierne sobre todas las negociaciones comerciales: la frontera irlandesa.
Según el Acuerdo del Viernes Santo, que trajo la paz a la isla de Irlanda, la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte debe mantenerse abierta. Pero en el contexto de Brexit, esto requiere un acuerdo comercial que permita el pleno y libre comercio entre un país de la UE y un país no perteneciente a la UE. Esto se logra mejor si el Reino Unido mantiene estrechos vínculos comerciales con la UE, que no es exactamente lo que exigen los Leavers de línea dura. Otro obstáculo es la gran complejidad de lo que se intenta. En una economía global altamente integrada, donde los países de la UE se han unido en tantas áreas de la economía y la política, desenredar los lazos que unen es una tarea monumental.
P & R # 2
¿Qué podemos esperar que pase hasta la fecha límite?
– Nadie lo sabe, ¡y casi todo es posible! Algunas posibilidades son que se llegue a un compromiso en la frontera irlandesa y un acuerdo muy vago sobre la relación futura. Esto permitiría al Reino Unido abandonar la UE de forma ordenada el próximo mes de marzo. Pero pospondría las decisiones difíciles sobre la relación futura, y significaría que muchos de los mismos argumentos continuarían hasta al menos 2020.
Otra posibilidad es “no tener un trato", en cuyo caso el Reino Unido dejaría la UE sin nada en absoluto acordado. Esto sería muy dañino para la economía del Reino Unido (y en menor medida para la economía de la UE) debido a las posibles demoras en las fronteras y otros obstáculos al comercio, así como a otras formas de interrupción, por ejemplo, al transporte por carretera y la aviación. Finalmente, es posible que el gobierno actual del Reino Unido caiga y un nuevo gobierno (con o sin elección) adopte un enfoque diferente al Brexit, quizás en el corto plazo pidiendo una extensión del proceso para que las conversaciones puedan reiniciarse en una diferente base.
¿Cuál podría ser la estrategia más viable?
– La estrategia más viable implicaría dos cosas. En primer lugar, una transición muy larga, mucho más prolongada que la planificada actualmente, para permitir que la economía del Reino Unido se adapte sin interrupciones. Y en segundo lugar, una elección estratégica clara sobre si el Reino Unido pretende preservar los elementos principales de su estrecha relación económica con la UE, incluso después de haber abandonado las estructuras políticas de la UE.
Si lo hace, lo cual sería bienvenido por las empresas del Reino Unido, entonces es necesario dejarlo en claro ahora a la Unión Europea y presentar propuestas serias que podrían ser aceptables. Si, por otro lado, el país simplemente quiere ser un "tercer país", como Canadá o Japón, entonces debería dejarlo claro ahora y comenzar a reorientar la economía del Reino Unido en consecuencia.
¿Qué está en juego?
– La situación política del Reino Unido es intrínsecamente inestable, ya que no existe una mayoría, ni en el Parlamento ni en el país en su conjunto, para un enfoque particular del Brexit (o incluso para revertir el Brexit). Esto significa que es muy difícil predecir lo que sucederá. Sigue siendo posible que simplemente logremos salir del paso, posponiendo las decisiones clave, pero es igualmente probable que haya una gran crisis política, que finalmente forzará al Reino Unido a resolver las preguntas clave: ¿queremos un acuerdo con la UE? Si es así, ¿queremos permanecer estrechamente vinculados económicamente o queremos separarnos por completo? ¿O incluso queremos proceder con Brexit en absoluto?