El presidente venezolano Nicolás Maduro firmó este viernes en Pekín acuerdos energéticos y mineros, un nuevo y crucial apoyo de China para Caracas, después de rendir un elocuente homenaje al "gigante" Mao Zedong, en su mausoleo de la capital china.
Maduro, que llegó a buscar ayuda para su país sumido en una profunda crisis, inició su visita a China en el mausoleo de Mao, un colosal edificio en el centro de la plaza Tiananmen, ante el cual se inclinó tres veces.
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Muy pocos dirigentes extranjeros han visitado el mausoleo de Mao, cuyo poder de 1949 hasta su muerte en 1976 estuvo marcado por decenas de millones de muertos, por las hambrunas del "Gran salto adelante" y la represión y la violencia de la "Revolución Cultural".
El exdirigente cubano Raúl Castro fue el último en acudir al lugar, en 2005.
China, "hermana mayor"
Nicolas Maduro se reunió luego con el ministro chino de Exteriores, Wang Yi, para la firma de 28 acuerdos por un valor, según el presidente venezolano, de varios miles de millones de dólares.
"Hoy se están firmando 28 acuerdos (…), miles de millones de dólares en inversiones para hacer realidad el desarrollo de nuestras empresas mixtas en el campo petrolero", explicó Maduro.
"Estamos avanzando (…) en el proceso de producción conjunta de petróleo para el beneficio compartido", agregó.
Estos protocolos de acuerdo incluyen una cooperación reforzada en la exploración gasífera en Venezuela, una "alianza estratégica" en la extracción de oro y el suministro al país sudamericano de productos farmacéuticos, de los que está muy necesitado.
"Gracias a la sólida relación Venezuela-China (…), hoy Venezuela está de pie, está batallando y está en mejores circunstancias que nunca antes" aseguró el presidente sudamericano.
Maduro elogió por otro lado al actual presidente chino Xi Jinping, y saludó su eslogan de "destino común de la humanidad".
Según el dirigente venezolano, que denuncia frecuentemente el "imperialismo de Estados Unidos", China diseña en cambio para el planeta un destino "sin imperio hegemónico que chantajee, que domine, que agreda a los pueblos del mundo".
"China es nuestra hermana mayor", ilustró Maduro.
Éxodo
Mientras Venezuela padece una profunda crisis económica y social que impulsó al éxodo a cientos de miles de habitantes hacia otros países, Nicolás Maduro expresó el deseo de que su viaje, "muy oportuno y necesario", sea de "gran ayuda" para alentar las inversiones energéticas chinas, el comercio y las "relaciones financieras felices" entre los dos países.
El gigante asiático tiene fuertes inversiones en petróleo y es el principal acreedor de Venezuela, que ha recibido préstamos chinos por unos 50,000 millones de dólares en la última década, pagaderos principalmente con crudo.
Venezuela adeuda aún unos 20,000 millones de dólares, cuyas condiciones de pago, flexibilizadas en 2016, podrían estar sobre la mesa en este viaje que no había sido anunciado previamente.
Maduro podría volver con un nuevo crédito de 5,000 millones de dólares y la ampliación por seis meses del período de gracia para el servicio de la deuda, según información extraoficial citada por la consultora venezolana Ecoanalítica.
Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo y donde el crudo representa 96% de los ingresos, enfrenta una abrupta caída de su producción con 1.4 millones de barriles diarios en agosto, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Es el nivel más bajo en 30 años y está muy lejos de los 3.2 millones de 2008, lo que ha impedido al socio de la OPEP beneficiarse del repunte de las cotizaciones.
"Bloqueo" de EEUU
Caracas denuncia un "bloqueo financiero" de Estados Unidos, al que vende una tercera parte de su producción petrolera.
Ante la grave crisis en que está sumido el país, con una severa escasez de alimentos y medicinas y una hiperinflación que según el FMI podría superar 1,000,000%, Maduro puso en marcha el mes pasado un cuestionado plan de reformas económicas.
Entre las diversas medidas destacan un aumento salarial del 3.400%, una devaluación del 96% del bolívar –la moneda local– y subidas de impuestos.
El presidente venezolano, que no había viajado al exterior desde el presunto ataque del que dijo ser víctima el 4 de agosto con drones cargados de explosivos, no precisó la duración de su viaje a China. Su última visita a este país data de marzo de 2017.