María Dolores Bedoya nació en Guatemala el 20 de septiembre de 1783 y tuvo una vida política y cívica que le permitió ser la única mujer que participó en el movimiento de independencia del país.
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Dicho privilegio surgió por ser la esposa de uno de los próceres de la independencia, Pedro Molina.
Según varios historiadores, su participación en el movimiento de emancipación no consistió solo en agitar los ánimos del pueblo, llevar música y quemar cohetillos tras la firma del acta. Fue la encargada de comunicar al pueblo “desconfiado e incrédulo” que la independencia era una posibilidad que traería beneficios a la población.
“En su momento tuvo que haber aportado ideas, redactado documentos y como esposa de un personaje influyente y conocedor luchó en conjunto por la libertad”, expresó a AGN el arqueólogo Julio Cañas.
Sus aportes no quedaron registrados en ningún texto que relató el movimiento de emancipación por las condiciones en las que vivían las mujeres en esa época.
El Museo Nacional de Historia, ubicado en la zona 1 capitalina, se guarda un vestido de doña María Dolores, el cual muestra que era una mujer de constitución delgada, de baja estatura y que se vestía “muy elegante y apropiada”.
De acuerdo con el libro “Dolores Bedoya”, doña María Dolores de Molina no contaba con muy buena salud y tras padecer una grave enfermedad por varios años, falleció el 9 de julio de 1853.