Un año después del sismo del 19 de septiembre que azotó el centro de México, Guadalupe Vázquez, una exmontañista de 80 años que habitaba uno de los 38 inmuebles colapsados en la capital, aún guarda la esperanza de tener un nuevo hogar.
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La anciana vivía en uno de los ocho departamentos de un edificio del céntrico barrio de Narvarte, una de las zonas más afectadas por el terremoto de 7,1 grados que dejó 369 muertos, 228 de ellos en Ciudad de México.
"Empezar la vida a los 80 está fuerte (…) Yo creo que no me tocaba", dijo Vázquez a la AFP, quien aquel día vio derrumbarse en pocos segundos 50 años de historia personal.
Desde las paredes de su departamento, en un primer piso, colgaban las fotos de infancia de sus hijas, se observaban claramente entre los escombros en una imagen que le dio la vuelta al mundo. Finalmente pudo recuperarlas.
Con tono melancólico, la anciana describió lo difícil que ha sido el último año, entre el desconsuelo de perder su casa, lidiar con las autoridades locales en busca de ayuda para reconstruir su edificio y el temor a que el terreno fuera invadido.
Ahora, Vázquez anhela que concluyan pronto los trámites con la empresa con la que se reconstruirá ese inmueble con 50 años de historia, el primero en ser demolido por la alcaldía en octubre de 2017 por su elevado riesgo de colapso.
"Decidimos (los vecinos) que una constructora es la que levantará tres departamentos más (de los ocho), los venderá y con eso financiaremos parte de la obra", explicó Vázquez.
La Ley de Reconstrucción para la capital, aprobada tras el sismo, permite edificar hasta 35% más de la zona habitacional para que el dueño venda el espacio y financie la propia reconstrucción.
"Colgaron unas mantas de que la delegación (autoridades locales) van a reconstruir gratuitamente y nada. Hemos tenido que movernos por nuestra cuenta", señaló la anciana que ahora renta una pequeña habitación en un departamento del mismo barrio.
Con información de AFP