Encarcelado, de pie y con los brazos cruzados, Santos López Alonzo, un militar retirado, escuchó los señalamientos que le hizo el Ministerio Público (MP) en el inicio del juicio por la masacre de 199 personas en el parcelamiento Las Dos Erres, en La Libertad, Petén, la cual ocurrió el 7 de diciembre de 1982.
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El único movimiento que hizo y que intentó disimular fue cuando el fiscal Érick de León habló de los niños sobrevivientes, Ramiro Antonio Osorio y Óscar Alfredo Castañeda, de tres y cinco años. Los menores de edad eran los únicos que tenían características diferentes en la comunidad: “blanquitos y ojitos bonitos”.
El acusado tomó a Osorio durante su infancia y le dio tratos crueles, inhumanos y degradantes, además lo inscribió falsamente como su hijo en Santa Cruz Muluá, Retalhuleu, y le cambió el nombre a Ramiro Fernando López García.
“Al niño le dio golpes, patadas, puñetazos, disparos y machetazos”, relató el fiscal.
López evitó declarar en el juicio y solo dijo que desde 2001 a 2016 vivió en Estados Unidos, de donde fue deportado. El MP lo señala de asesinato, delitos contra deberes de humanidad y supresión y alteración del estado civil en concurso real.
¿Qué motivó la masacre?
El MP explicó que durante el conflicto armado interno se integró un grupo élite militar, el cual integraba López.
Ese grupo fue el que incursionó en el parcelamiento Las Dos Erres la madrugada del 7 de diciembre de 1982 en busca de 22 fusiles que dos meses antes la guerrilla le había robado al ejército.
“Los kaibiles y López entraron a la aldea y no dejaron salir a nadie hasta masacrarlos. Ingresaron violentamente a las casas. A las mujeres y a los niños los separaron de los hombres. A algunas mujeres las violaron y las obligaron a cocinarles”, relató el fiscal de León.
A las 13:00 horas, los miembros del ejército interrogaron a los comunitarios sobre los fusiles, pero como no tuvieron respuestas les pegaron en la cabeza con una almágana, un pesado martillo o mazo de hierro.
“A los niños se les lanzó vivos en un pozo, se les disparó y se les tiró granadas a efecto de que no quedará registro de la masacre. Solo dos niños sobrevivieron”, agregó el representante del MP.
Durante el juicio se informó que el parcelamiento Las Dos Erres era una comunidad próspera, conformada por gente campesina civil no combatiente, que contribuía con el desarrollo del país ya que eran el granero más grande del país.