Miles de hondureños, incluidos niños, mujeres y hombres, se preparan para iniciar su cuarto día de movilización hacia territorio estadounidense. Ayer pernoctaron en un establecimiento educativo de Esquipulas, Chiquimula.
La caravana de migrantes salió el pasado sábado de San Pedro Sula, una ciudad del norte de Honduras, y cruzó ayer la frontera guatemalteca.
Con una leve carga, que incluye solo algo de ropa y agua pura, pero con sueños de encontrar oportunidades de trabajo en la nación norteamericana, los centroamericanos han caminado aproximadamente 600 kilómetros.
José Luis Carmona, originario de Tegucigalpa, Honduras, quien es coordinador del grupo de migrantes, detalló que son unos 6 mil hondureños los que integran la caravana.
Pasaron la noche del lunes en el interior del colegio San Benito, en Esquipulas. Aunque no todos pudieron ingresar por ser alto el número de personas, durmieron bajo techo los niños, mujeres y personas mayores.
Mientras tanto, los hombres descansaron en las afueras, donde encendieron fogatas para resguardarse del frío.
Carmona agradeció el apoyo de la población guatemalteca, que también les brindó alimentos y se ha solidarizado con ellos.
Indicó que ayer los visitó el alcalde de Esquipulas y les preguntó si necesitaban alguna ayuda, pero no pudieron continuar dialogando.
Por lo que hoy públicamente le hizo un llamado al jefe edil para que proporcione “diez u 11” buses para movilizar a los menores y las féminas, pues la caminata es larga y podrían no soportarla.
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Huyen de la pobreza y violencia
Acerca de las causas por las que iniciaron este viaje, Carmona señaló que la principal es no tener empleo. “No tenemos para pagar agua o luz, no nos alcanza el dinero para mantener a nuestros hijos”, dijo.
En tanto, Alfonso Mejía, de 37 años, originario del departamento de La Paz, Honduras, quien viaja en la caravana, explicó que decidió dejar su país porque hay mucha pobreza y está plagado de corrupción.
“Hay una miseria donde el Gobierno no tiene fondos para mantener a toda esta gente. Migramos a Estados Unidos porque allá podremos tener un mejor futuro. Con la ayuda de Dios vamos a llegar a ese país y conseguiremos un empleo”, manifestó.
Mientras que Manuel Adonis, 41 años, aseguró que aunque la “travesía es dura”, decidió viajar acompañado de su hija para alcanzar el denominado “sueño americano”, pues allá hay falta de empleo y altos niveles de violencia en Honduras.
Ya una vez estuvo en EE. UU. hace más de diez años, pero tuvo que volver por temas familiares. Sabe que allá podrá trabajar y eso es lo que busca.
De acuerdo con Carmona, ya cumplieron su primer punto de llegada, que era Guatemala, y ahora trazan la ruta para dirigirse a México.
Aunque no está confirmado, consideró que podrían movilizarse a Santa Elena, Petén, para buscar ingresar a Tenosique, un municipio del estado mexicano de Tabasco.
Aseguró que aunque los cientos de personas iniciaron juntas el recorrido desde su país natal, en México cada una buscará su propio destino, ya sea alojarse con familiares o pedir apoyo de estos en el exterior. Sea cual sea la forma para poder llegar a Estados Unidos.
“La gente está usando la caravana para llegar a México, pero desde allá cada uno buscará la manera de movilizarse. Caminando no aguantarán”, puntualizó el coordinador.