A un año del encarcelamiento de los activistas Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, miles de personas manifestaron en varios municipios de Cataluña por la liberación de sus líderes.
"Acusamos al estado de mentir para condenar a aquellos que siempre han defendido la paz, el diálogo y la libertad", dijo Marcel Mauri, vicepresidente de Omnium Cultural, entidad independentista dirigida por Cuixart.
"Estas acusaciones son infundadas, tienen que estar todos en la calle. No tienen vergüenza", insistió Mauri, en la protesta convocada en Barcelona bajo el lema "Un año de vergüenza, un año de dignidad".
Manifestaciones similares tuvieron lugar en numerosos puntos de esta región del noreste de España, así como frente a las prisiones donde se encuentran encerrados los dirigentes independentistas.
Cuixart y Sánchez, expresidente de la influyente asociación ANC, fueron los primeros líderes del movimiento independentista en ser puestos bajo prisión preventiva tras el fallido intento de secesión en 2017.
Actualmente, son nueve los dirigentes separatistas encarcelados pendientes de ser juzgados por rebelión, punible con hasta 25 años de cárcel.
El detonante del encarcelamiento de estos activistas fue una manifestación convocada el 20 de septiembre del año pasado, frente a unas dependencias del gobierno regional que estaban siendo registradas por la policía que buscaba impedir el referéndum ilegal del 1 de octubre.
Miles de ciudadanos acudieron a la protesta, que se alargó durante todo el día e impidió a los agentes salir del edificio hasta la madrugada.
El arresto de Cuixart y Sánchez provocó gran indignación, incluso entre sectores contrarios a la independencia, y la oenegé Amnistía Internacional (AI) pidió liberarlos "de inmediato".
"La organización considera que el mantenimiento de esta medida constituye una restricción excesiva y desproporcionada de sus derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica", insistió AI este lunes.
"No entendemos que en el siglo XXI pase esto, que haya gente encarcelada por organizar una manifestación", lamentaba Pol García, un estudiante de 20 años en la manifestación de Barcelona.
"Son gente inocente que ya lleva un año encerrada, un año perdido de sus vidas que nadie les va a devolver", insistía.
El gobierno regional, presidido ahora por Quim Torra, reclama su liberación y absolución al nuevo mandatario español Pedro Sánchez, aunque este afirma que se trata de una cuestión judicial.
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