Autoridades mexicanas se apresuraban el martes a evacuar áreas bajas del país y a instalar albergues, mientras que el huracán Willa se encaminaba a tocar tierra por la tarde en una franja de la costa del Pacífico, poblada de centros turísticos, playas de surf y pueblos pesqueros.
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Willa alcanzó brevemente la categoría 5, pero luego perdió fuerza y volvió a la categoría 4. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés), advirtió, no obstante, que el meteoro aún provocará “marejadas, vientos y lluvias peligrosos para la vida” a partes del suroeste y el centro-oeste de México.
Trabajadores tapiaron ventanales en hoteles, y las autoridades ordenaron el cierre de las escuelas en las que pueblos y campos de cultivo yacen entre el mar y lagunas.
La Secretaría de Gobernación decretó una “emergencia extraordinaria” para 19 municipios de los estados de Nayarit y Sinaloa. Entre 7 mil y 8 mil personas eran evacuadas de las zonas bajas, principalmente en el estado de Sinaloa.
Mientras tanto, el huracán se acercaba a las Islas Marías, un archipiélago a 96 kilómetros de la costa, que incluye una reserva natural y una prisión federal. Los meteorólogos dijeron que la tormenta tocaría tierra por la tarde en un tramo de 220 kilómetros desde Mazatlán hasta San Blas. Si bien probablemente se debilitaría un poco, se pronosticaba que llegaría como huracán de categoría 3 al tocar tierra.
Según el último reporte del NHC, Willa mantenía vientos de 245 kilómetros por hora y avanzaba a 7 kilómetros por hora en dirección norte.
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“Las bandas nubosas de Willa, huracán extremadamente peligroso de categoría 4, generan lluvias muy fuertes desde Manzanillo, Colima, hasta Mazatlán, en Sinaloa, y el sur de Baja California Sur”, informó por su parte el Servicio Meteorológico de México.
*Con información de AFP y AP