Desde fines del 2017, las alertas se levantaron por la confirmación científica de que los peces contenían en sus sistemas digestivos microplásticos, producto de las piezas de este material que se degradan en el océano.
Este año, una investigación publicada en junio confirmaba por primera vez la presencia de microplásticos en un crustáceo chileno de consumo masivo. Y aunque el tema resultaba preocupante, los efectos de su consumo para los humanos no estaban realmente confirmados.
Ahora, la situación se ha vuelto un poco más compleja, porque una investigación publicada por el medio inglés The Guardian, detectó la presencia de microplásticos en el sistema digestivo humano.
La investigación fue liderada por la Agencia de Medio Ambiente de Austria, y analizó a un pequeño grupo de participantes de Europa, Rusia y Japón, en el que encontró que los ocho voluntarios tenían partículas microplásticas en sus muestras de heces.
En la misma línea, el estudio reveló que de las 10 variedades analizadas, se identificaron nueve plásticos diferentes en los desechos humanos, siendo el polipropileno y el poli (tereftalato de etileno) los más comunes.
“En promedio, se encontraron 20 partículas de microplástico en cada 10 gramos de excretas. Los microplásticos se definen como partículas de menos de 5 mm, algunas de ellas creadas para su uso en productos como los cosméticos, pero también por la descomposición de piezas de plástico más grandes, a menudo en el mar”, se detalla.
Dramáticos resultados
Según los propios investigadores, los resultados permiten extrapolar que “más del 50 % de la población mundial podría tener microplásticos en sus deposiciones”, aunque advierten que para confirmar dicha cifra es necesario realizar estudios más avanzados y a mayor escala.
“Este es el primer estudio de este tipo y confirma lo que sospechamos desde hace mucho tiempo, que los plásticos finalmente llegan al intestino humano”, sostuvo sobre los resultados obtenidos el líder de la investigación, Philipp Schwabl.
Efectos del microplástico
Sobre los efectos que puede tener la presencia de estos materiales en los cuerpos de las personas, Schwabl detalló que “las partículas microplásticas más pequeñas son capaces de entrar en el torrente sanguíneo, el sistema linfático e incluso pueden llegar al hígado”.
“Ahora que tenemos la primera evidencia de microplásticos dentro de los humanos, necesitamos más investigación para comprender qué significa esto para la salud humana”, sentenció el investigador.
El uso del plástico es tan generalizado en la vida moderna que eliminarlo por completo de la cadena alimentaria sería extremadamente difícil. Un millón de botellas de plástico se compran en todo el mundo cada minuto y se espera que el número aumente otro 20 % para 2021.