La oposición demócrata obtuvo el martes las primeras victorias en las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, consideradas un referendo sobre el presidente Donald Trump y en las que la participación era alta.
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El partido del expresidente Barack Obama se anotó los primeros triunfos en la Cámara de Representantes: en Florida, Donna Shalala se quedó con el escaño de la legendaria republicana Ileana Ros-Lehtinen, primera cubana-estadounidense elegida al Congreso y quien se jubila; y en Virginia, Jennifer Wexton desbancó a la saliente Barbara Comstock, según las cadenas de televisión.
El senador Bob Menéndez fue reelecto en tanto en Nueva Jersey, para alivio de su partido, que temía que las acusaciones de corrupción en su contra le costaran el escaño.
Los republicanos sin embargo dieron un duro golpe a los esfuerzos demócratas para recuperar el Senado, ya que el empresario Mike Braun, candidato de Trump en Indiana, derrotó al actual senador Joe Donnelly, según proyecciones de medios.
Donnelly fue uno de los cinco senadores demócratas que se postularon para la reelección en estados donde Trump ganó por un margen considerable en 2016.
Según las encuestas, los demócratas tienen buenas posibilidades de conseguir los 23 escaños que necesitan para volverse mayoría en la Cámara baja, en tanto se espera que los republicanos retengan el Senado o incluso que aumenten su actual mayoría de 51-49.
En comicios en que los demócratas bregan por el control del Congreso, las primeras urnas cerraron en partes de Kentucky e Indiana a las 23H00 GMT y las últimas lo harán siete horas más tarde en Alaska.
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Las 435 bancas de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y 36 gobernaciones están en liza junto a numerosos cargos locales y estatales.
"Esta noche, cuando ganemos, lucharemos por la unidad", dijo Nancy Pelosi, actual líder de la minoría demócrata de la Cámara baja.
"Trump, Trump, Trump"
Desde Nueva York a California y desde Florida a Illinois, los votantes formaron filas desde temprano, ávidos de expresarse tras una polarizada campaña, enlutada incluso por actos de violencia.
En comicios donde suele haber alta abstención, 38,4 millones de estadounidenses votaron anticipadamente en los estados que permiten esta modalidad, un 40% más que en las elecciones de medio mandato en 2014, según Michael McDonald, de la organización de referencia, US Elections Project.
El mandatario pasó el día en la Casa Blanca, lanzando tuits en apoyo a los republicanos en las carreras más difíciles y preparándose para ver los resultados junto a amigos y familiares, dijo su portavoz.
Su polémica figura parecía ser la fuerza que impulsaba a los votantes.
"El tema central de las elecciones es Trump, Trump y Trump. Especialmente para los demócratas, es un referendo en su contra", resumió Cliff Young, del Instituto Ipsos.
Los críticos del presidente, que lo acusan de alentar el racismo y atizar las divisiones para mantenerse en el poder, ven en esta elección una oportunidad para frenar su agenda nacionalista, anti-inmigrante y laxa en relación a las armas.
"No apruebo cómo este presidente está liderando nuestro país", dijo Rory Mabin, de 34 años, al votar en Chicago. "No me gusta viajar al extranjero y avergonzarme al decir que soy estadounidense".
"Creo que sin importar lo que pase, vamos a estar orgullosos de la forma en la que hemos creado un cambio positivo", dijo a AFP Lauren Hogg, de 15 años, sobreviviente del tiroteo masivo en la escuela secundaria de Parkland, Florida, que dejó 17 muertos, y activista contra la violencia de las armas.
Otros sin embargo se mostraron contentos con Trump. "Me encanta la desregulación", comentó James Gerlock, un republicano de 27 años contento con el buen desempeño de la economía.
"Te necesitamos"
El envío de paquetes con explosivos a prominentes líderes opositores y la masacre en una sinagoga en Pittsburgh, donde murieron 11 personas, marcaron una campaña tensa.
Para consternación de muchos de sus correligionarios, en vez de centrarse en el auge económico, Trump prefirió contentar a sus bases con una postura de línea dura sobre la inmigración ilegal, que tildó de "invasión".
El mandatario desplegó 4.800 soldados en la frontera con México, amenazó con disparar a los centroamericanos que avanzan en caravana hacia Estados Unidos si tiran piedras a los agentes al llegar y planteó restringir los derechos de ciudadanía.
Su incendiaria retórica podría sin embargo no costarle el voto de los latinos, la minoría más grande del país: 30% de los hispanos lo apoyaron en 2016.
Un récord de 29 millones de hispanos están registrados para votar en estas elecciones, pero se espera que sólo un cuarto lo haga.
Estas elecciones también lanzaron nuevas figuras a la arena política. Una de ellas es la neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez, de origen puertorriqueño y apenas 29 años, que se encamina a convertirse en la mujer más joven en la Cámara baja.
Y en Texas, la estrella demócrata en ascenso Beto O'Rourke, un ex músico punk que apoya la inmigración, puede desbancar del Senado al republicano Ted Cruz.
"Te necesitamos", dijo la superestrella del pop Beyoncé en Instagram, junto a fotos en las que aparece con un gorra con el eslogan "Beto al Senado" y el mensaje: "Cada voto cuenta".