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Congreso debe aprobar préstamo de US$100 millones para combatir la desnutrición crónica

Un préstamo del Banco Mundial por US$100 millones está pendiente de aprobarse en el Congreso y podría perderse si no avanza antes de que finalice noviembre.

Los fondos serán destinados en la implementación del programa “Crecer sano”, el cual busca combatir la desnutrición crónica en siete departamentos del país. Se prevé que el programa abarque a 400 mil niños.

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Para comprender la importancia de un programa, que ya fue implementado en otros países, obteniendo un resultado exitoso, la representante del Banco Mundial para Guatemala, América Latina y el Caribe, Homa-Zahra Fotouhi, y el excomisionado presidencial para la Competitividad y la Inversión en Guatemala, discutieron el tema en el programa A Primera Hora de Emisoras Unidas.

De acuerdo con Fotouhi, este préstamo ataca un problema que le roba a los niños un mejor futuro, ya que lo que se busca es reducir la tasa de desnutrición crónica infantil del 46.6% de los niños guatemaltecos con menos de cinco años.

El programa se orienta a los 400 mil niños que se calcula nacen en los departamentos de Alta Verapaz, Chiquimula, Huehuetenango, Quiché, San Marcos, Sololá y Totonicapán; los cuales tienen una tasa de desnutrición crónica muy alta. Se habla de entre el 70 y 80 por ciento de los casos.

Además del préstamo de US$100 millones, con varios beneficios como un plazo a 33 años y una tasa de interés fija del 3.7% más el interés Libor que es del 2.85%, se recibirá una donación de US$9 millones.

Combatir la desnutrición es buena inversión

“Sería una tristeza condenar a 400 mil niños a la desnutrición crónica”, señaló Paiz.

De acuerdo con el entrevistado, en el país 3 de cada 5 niños tienen problemas con la educación: les cuesta aprender, les cuesta memorizar, no tienen pleno uso de sus facultades. Sin embargo, en el Congreso se discute más los sueldos de Educación y Salud, aseguró.

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“Si todos creemos en la educación, no podemos trabajar en educación si no resolvemos la desnutrición”, indicó Paiz.

El programa del BM se basa en la experiencia de Perú, señaló la entrevistada. Indicó que incluye total transparencia, ya que el Gobierno deberá ir llenando en línea las acciones que contempla el programa.

“Trabajamos en 189 países. Cada proyecto tiene un plan de inversiones y adquisiciones, que es público. Hay una supervisión cada tres meses del equipo de Washington”, agregó Fotouhi.

Por ejemplo, si en el proyecto hay una inversión para cinco mesas, pero más tarde la parte ejecutora pide dos mesas y tres sillas, no pueden hacerlo.

Además, hay una auditoría anual, que es adicional de la que hace la Contraloría de Guatemala, señaló.

Es importante entender que el problema de la desnutrición que es invisible, explicó Fotohui, ya que los niños no se desarrollan como deberían al no tener un examen médico periódico. Además, los efectos de la desnutrición crónica son irreversibles, por lo que se debe atacar desde la gestación hasta los primeros dos años de vida.

Retorno de inversión

Para Paiz, invertir US $1 dólar en el tema de desnutrición da como resultado una ganancia a mediano plazo de hasta el 400 por ciento. Es estúpido como guatemaltecos que no apoyemos algo que va a resolver la vida de 400 mil niños.

Los entrevistados coincidían en que la inversión en la niñez tiene grandes ventajas.

Esas 400 mil personas que van a poder desarrollar sus actividades humanas serán un capital humano que se puede cuantificar, señaló Paiz.

“Ese dinero va a rendir casi US$4 mil millones para Guatemala. Es un buen negocio para Guatemala invertir en la lucha contra la desnutrición”, añadió.

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