El anuncio se produjo luego de que las autoridades aceleraron la búsqueda de más víctimas enterradas bajo escombros luego del incendio que incineró la localidad de Paradise.
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Muchos amigos y familiares de aquellos que vivían en la zona dicen que no han sabido nada de sus seres queridos. Algunos acudieron a albergues para buscarlos.
Más de 5 mil bomberos siguen combatiendo las llamas que quemaron 505 kilómetros cuadrados (195 millas cuadradas) desde que comenzaron el jueves.
El incendio ha destruido cerca de 7.700 casas y desplazado a 52.000 personas.
La cifra de muertes en todo el estado por los incendios forestales es de 50.
En tanto, Lisa Jordan manejó 1.000 kilómetros (600 millas) desde Yakima, en Washington, para buscar a su tío, Nick Clark, y a su esposa Anne en Paradise, California. Anne Clark padece esclerosis múltiple y no puede caminar. "Nadie sabe si pudieron marcharse a tiempo o si su casa sigue siquiera en pie", explicó.
"Mantengo la esperanza”, dijo Jordan. "Hasta que llega la última palabra, sigues luchando contra ella”.
Las autoridades llevaron dos morgues móviles a la zona de Paradise y solicitaron 150 efectivos de búsqueda y rescate, pero desconocen el número exacto de desaparecidos.
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"Quiero recuperar la mayor cantidad posible de restos tan pronto como podamos, porque sé lo que les supone a sus seres queridos”, apuntó Honea.
Capellanes acompañaron a algunos equipos de búsqueda forense que visitaron docenas de direcciones pertenecientes a personas reportadas como desaparecidas. Para los componentes del sombrío operativo, que no haya autos en la entrada de las viviendas es una buena señal, la presencia de uno es algo más inquietante y varios coches calcinados son una llamada de vigilancia extra.
Las autoridades estatales apuntaron que la causa del infierno que se desató en Paradise estaba bajo investigación.
Por otra parte, Betsy Ann Cowley, propietaria de un terreno próximo al lugar donde se declaró el incendio, recibió un correo electrónico de la empresa Pacific Gas & Electric Co. el día antes del fuego en el que le avisaban que equipos de mantenimiento necesitaban ingresar a su propiedad porque las líneas eléctricas de la compañía arrojaban chispas. PG&E no hizo comentarios sobre el email.
Este incendio formó parte de una oleada de fuegos registrada en el norte y el sur de California. Las llamas se alimentaron de la maleza seca y avanzaron gracias a los fuertes vientos.
Los 48 fallecidos en el norte de California batieron el récord de decesos en un solo incendio, el de Griffith Park, en Los Ángeles, en 1933. El pasado otoño, una serie de fuegos en el condado vinícola del norte del estado dejaron más de 44 muertos y destrozaron más de 5.000 viviendas.