Este lunes se realizó el acto oficial de entrega del premio Nobel Alternativo a la exfiscal general, Thelma Aldana, y el jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, Iván Velásquez, en Suecia.
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La activista Hellen Mack relató ante los presentes el impacto del conflicto armado interno en el país y la labor que realizan quienes luchan por los derechos humanos en el país.
“Solo puede haber justicia si es justicia para todos”, expresó Mack, quien resaltó la participación ciudadana en el proceso de la lucha contra la corrupción en Guatemala.
Según detalló a los ganadores, este premio “nos compromete a los retos que nos esperan”.
Durante su intervención, el comisionado Velásquez indicó que el premio es reflejo de haber expuesto el abuso de poner en Guatemala y por el enjuiciamiento de la corrupción.
Según indicó, este premio en DD. HH. confirma que la lucha contra la corrupción tiene que ser la lucha por la vida digna de todas las personas, en especial de las más marginadas. “La corrupción es un delito contra la humanidad”, aseguró.
“El Estado se convirtió en el botín de los poderosos”, expresó.
Según Velásquez, luego de que la población comprobó que el Estado se apropió de todas las instituciones, se provocó un cambio y deja a un pueblo que seguirá soñando por una nación sin impunidad.
“Pero los poderosos, siempre astutos y poderosos, supieron resistir. Se reagruparon y pasaron a la ofensiva para no perder sus privilegios”, señaló.
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Detalló que “esos poderosos” financiaron agresivas campañas de desprestigio en donde se dijeron víctimas de la politización de la justicia.
“Hicieron demostraciones de fuerza y desempolvaron los símbolos de represión en donde además hay dinero suficiente”, agregó.
Citando el poema de Julia Esquivel, Velásquez finalizó su intervención:
“Podrán cortar todas las flores, pero siempre volverá la primavera. Florecerás Guatemala”.
Un reto hacia la política
La exfiscal general, Thelma Aldana, inició su intervención relatando la marcada exclusión histórica a indígenas y mujeres en donde el acceso a servicios básicos aún son muy limitados.
Aldana indicó que las prácticas del pasado, en relación a la cooptación, polarización, campañas de desprestigio y amenazas aún son muy fuertes.
“Recibir este premio es un estímulo no solo personal, es un aliciente para la población cansada del hambre y falta de oportunidades. Lo recibo con humildad como una ciudadana guatemalteca que lo entrega de forma simbólica a ese pueblo que tanto ha sufrido”, expresó.
Asimismo, indicó que el reto es el derrocamiento de las viejas prácticas hasta cambiar la situación del país.
“El reto al frente es muy grande, pero muchos guatemaltecos y guatemaltecas tenemos el compromiso claro de derrotar las viejas prácticas de corrupción e impunidad y hacer política para tornar la dramática situación del país a un relato de esperanza de desarrollo y de paz social”, finalizó.