Donald Trump y todos los expresidentes vivos de Estados Unidos asistirán este miércoles al funeral de Estado de George H. W. Bush, elogiado desde su muerte a los 94 años como una figura que superó las líneas partidistas de un país que hoy se encuentra dividido.
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El príncipe Carlos de Inglaterra, la canciller alemana, Angela Merkel; el rey jordano Abdalá II y la reina Rania; el presidente polaco, Andrzej Duda, acompañado por Lech Walesa, así como varios otros dignatarios extranjeros también se espera que acudan a la Catedral de Washington.
La ceremonia, a la que acudirán Trump y su esposa Melania y la familia Bush, incluido George W. Bush, 43° presidente de Estados Unidos, está programada para las 11H00 locales (16H00 GMT).
Está previsto que Trump no hable durante la misma.
"George H. W. Bush ha llevado una vida que encarna lo que Estados Unidos realmente tiene de extraordinario", escribió el presidente Trump, en un mensaje dirigido al Congreso el lunes. "Decidido durante la guerra, el presidente Bush fue magnánimo en tiempos de paz".
Nacido en una familia adinerada de Nueva Inglaterra, Bush lideró su país desde 1989 hasta 1993 durante el final de la Guerra Fría y la primera Guerra del Golfo. Pero fue claramente derrotado en las presidenciales de 1992 -cuando buscaba la reelección- por Bill Clinton.
Este último estará con su esposa, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, así como con los otros dos expresidentes demócratas Jimmy Carter y Barack Obama, con las exprimeras damas Rosalynn Carter y Michelle Obama.
Al tratarse de un día de duelo nacional, la mayoría de las administraciones y Wall Street estarán cerradas. Los votos en el Congreso así como los debates en la Corte Suprema han sido cancelados, una tregua extraña en el tenso clima político de Estados Unidos, donde prevalece el tono áspero.
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Todos los honores
Pero el tono parece ser más de reconciliación desde la muerte en Texas del expresidente republicano.
George H. W. Bush anunció en 2016 que no había votado por Trump. El magnate inmobiliario tuvo palabras muy duras contra George W. Bush y Jeb Bush, otro hijo del fallecido y quien fue vencido por el ahora presidente durante las primarias republicanas.
Trump no asistió en abril al funeral de Barbara Bush, esposa de George H.W.
Pero desde la muerte del patriarca de los Bush, el presidente estadounidense ha roto con su estilo agresivo, aparentemente decidido a rendirle todos los honores.
Trump estaba tan dispuesto, que prestó su avión presidencial para llevar el ataúd de Texas a Washington.
El presidente y la primera dama no acudieron a la ceremonia solemne celebrada el lunes en el Capitolio, pero más tarde hicieron una breve visita a la capilla ardiente.
Luego, la pareja presidencial se reunió el martes con la familia Bush, alojada en la Blair House, residencia reservada para invitados distinguidos de la Casa Blanca.
"Cruzar las líneas partidistas"
Miles de ciudadanos desfilaron desde la noche del lunes frente a los restos del 41º presidente de Estados Unidos en el Capitolio, donde George H. W. Bush comenzó su carrera política en los años 1960.
Hijo de un senador, fue después diplomático en China, luego jefe de la CIA y vicepresidente de Ronald Reagan. Tras dejar la Casa Blanca, desarrolló buenas relaciones con sus sucesores demócratas.
"El hecho de que pudiera cruzar las líneas partidistas y hacerlo con tanta gracia, especialmente después de su presidencia, realmente me inspira, es una lección que el gobierno de Donald Trump podría aprender", dijo a la AFP uno de los visitantes, Kim Frinzell.
La sala se cerrará al público el miércoles por la mañana, antes de que el féretro sea trasladado a la Catedral de Washington, desde donde partirá luego hacia Texas.
Después de una ceremonia final en la Iglesia Episcopal de San Martin, en Houston, el 41° presidente de Estados Unidos será enterrado detrás de la Biblioteca Presidencial George Bush, junto a Barbara, su esposa durante 73 años, y Robin, su hija que murió de leucemia cuando tenía tres años.
* Con información de la agencia de noticias AFP.