El presidente venezolano, Nicolás Maduro, de visita en Moscú, recibió este miércoles el firme apoyo de su homólogo ruso, Vladimir Putin, quien le manifestó su respaldo en el tema del fortalecimiento de la asistencia política y económica.
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"Apoyamos vuestros esfuerzos para conseguir la paz social y todas vuestras acciones en vistas a harmonizar las relaciones con la oposición", declaró Putin, al inicio de su encuentro con Maduro, en la residencia oficial de Novo Ogarevo, cerca de Moscú.
"Y naturalmente, condenamos todas las acciones de carácter evidentemente terrorista, todas las tentativas de derrocar la situación con ayuda de la fuerza".
A poco más de un mes de asumir un segundo mandato, después de reelegirse en comicios no reconocidos por Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y una docena de países de América Latina, Maduro intenta encontrar apoyo de sus aliados.
"Estoy seguro que de esta reunión van a salir buenas noticias sobre la elevación de esa cooperación y del trabajo económico entre los dos países", dijo por su parte el mandatario venezolano, dirigiéndose a Putin.
"Creo que hemos encontrado el punto para avanzar, he activado un programa bastante completo, integral, que puede integrarse perfectamente a la visión económica de la cooperación Rusia–Venezuela".
Poco antes del encuentro entre los dos dirigentes, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, afirmó que las "discusiones se centrarán en la ayuda que las autoridades venezolanas necesitan". No dio, sin embargo, ningún detalle sobre el monto que podría prestar Rusia a su aliado latinoamericano.
Según él, la situación económica venezolana "sigue siendo complicada" aunque "se constatan indicios de mejora".
Relación Moscú-Caracas
Moscú es un importante aliado político de Venezuela, y Rosneft, la compañía petrolera más grande de Rusia, tiene fuertes inversiones en yacimientos petroleros del país sudamericano, cuya extracción declina cada mes.
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Los detractores culpan a dos décadas de gobierno socialista, la corrupción y la mala administración de la destrucción de la otrora próspera industria petrolera bajo la dirección de la estatal PDVSA.
Aunque la producción de crudo va a la baja, Venezuela debe mantener sus entregas a Rusia, China y Cuba para cumplir los pagos de deuda y tranquilizar a sus aliados políticos, al tiempo de enviar crudo a Estados Unidos por dólares en efectivo que Maduro necesita para el país.
Venezuela atraviesa una profunda crisis económica, reflejada en escasez de alimentos y medicinas y una inflación que (según el FMI) llegará a 1.350.000 % este año y a 10.000.000 % en 2019.
Cada vez más aislado, Maduro está llevando a cabo una ofensiva diplomática ante la fuerte presión internacional.
*Con información de AFP y AP