El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de las Naciones Unidas (ONU) fue aprobado en Marruecos por casi 160 países.
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Guatemala lo apoyó bajo reserva. El país estuvo representado por la ministra de Relaciones Exteriores, Sandra Jovel, y el viceministro Pablo García Sáenz. Los funcionarios calificaron de “histórica” la firma.
El pacto constituye el primer acuerdo mundial que aborda la migración irregular, recoge principios de defensa de los derechos humanos y reconoce la soberanía de los Estados, además prohíbe las detenciones arbitrarias y solo autoriza los arrestos como medida de último recurso.
La lista oficial de los países que lo aprobaron no se publicó, pero se conoció que entre los países latinoamericanos que no firmaron figuran Chile y República Dominicana.
La crítica
La firma del pacto ha provocado una serie de reacciones a nivel mundial por parte de los activistas de los derechos humanos, ya que consideran que el acuerdo no llega suficientemente lejos en materia de ayuda humanitaria, servicios básicos y derechos laborales de los migrantes. Sus detractores lo consideran “una incitación a los flujos migratorios incontrolados”.
Se informó que el acuerdo deberá ratificarse el 19 de diciembre en la Asamblea General de la ONU.
Flujos migratorios
En el mundo hay alrededor de 258 millones de personas en movilidad y emigrantes, esto es, 3.4% de la población mundial.
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Estados Unidos hace un año se retiró de la elaboración del texto por considerarlo contrario a la política de inmigración del presidente, Donald Trump.
El texto se aprobó el 13 de julio en Nueva York, Estados Unidos. Ese día nueve países se retiraron del proceso y otros seis quisieron tener consultas más internas, informaron los medios internacionales.
