El papa Francisco recibe la Navidad con una misa nocturna, a las 21:30 horas, en la Basílica de San Pedro (horario del Vaticano), mientras que su principal subalterno viajaba a Irak para celebrar con la atribulada comunidad cristiana del país.
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En Belén Dios se hizo pequeño “para ser nuestro alimento” y así el hombre pudiera “renacer en el amor y romper la espiral de la avidez y la codicia”, afirmó el Papa Francisco, este 24 de diciembre en la Misa por la Solemnidad de la Natividad del Señor.
En su homilía el Pontífice recordó que Belén significa “casa del pan”. Dios, señaló, “sabe que necesitamos alimentarnos para vivir. Pero sabe también que los alimentos del mundo no sacian el corazón”.
“Una insaciable codicia atraviesa la historia humana, hasta las paradojas de hoy, cuando unos pocos banquetean espléndidamente y muchos no tienen pan para vivir”, indicó el pontífice.
“Ante el pesebre, comprendemos que lo que alimenta la vida no son los bienes, sino el amor; no es la voracidad, sino la caridad; no es la abundancia ostentosa, sino la sencillez que se ha de preservar”, afirmó.
La misa de Nochebuena es uno de los momentos destacados del año litúrgico del Vaticano y con la ceremonia del lunes el papa Francisco empieza una semana ocupada.
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El pontífice de 82 años tiene programado un mensaje y bendición de Navidad, una oración el 26 de diciembre, vísperas para el Año Viejo y una misa para el Año Nuevo.
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Mientras Francisco presidía las festividades en casa, el cardenal Pietro Parolin, su secretario de Estado, viajaba a Irak para celebrar Navidad con la comunidad de católicos caldeos.
Los católicos en Irak son una de las minorías religiosas devastadas por la violencia del grupo Estado Islámico, que ha expulsado a decenas de miles de personas de sus hogares.
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La visita de Parolin es una clara señal de la solidaridad personal de Francisco con los católicos iraquíes.
*Con información de agencias.