La primera dama de Brasil, Michelle Bolsonaro, quebró el protocolo de la investidura presidencial este 1 de enero y ofreció un breve discurso de agradecimiento -en lengua de señas- desde el Palacio de Planalto antes del pronunciamiento inaugural de su marido, Jair Bolsonaro.
PUBLICIDAD
"De forma muy especial me gustaría dirigirme a la comunidad sorda, a las personas con deficiencias y a todos aquellos que se sienten olvidados: serán valorizadas y sus derechos serán respetados", dijo Michelle Bolsonaro, de 38 años, que se ha dado a conocer en los últimos meses por su trabajo en favor de los deficientes auditivos.
Su discurso, ante la multitud congregada ante el palacio presidencial en Brasilia, fue el primero de una primera dama durante una investidura. Fue enunciado a viva voz por una interprete.
"Estamos todos de un único lado. Juntos alcanzaremos un Brasil próspero, con amor, orden, progreso, paz, educación y libertad para todos", comentó antes de repetir el lema de Jair Bolsonaro: "Brasil por encima de todo y Dios por encima de todos".
De fe evangélica, Michelle de Paula Firmo Reinaldo Bolsonaro se mantuvo fuera de los focos durante la campaña, pero después de las elecciones comenzó a cobrar protagonismo y a alimentar sus redes sociales, principalmente con mensajes de su marido y de sus hijastros.
A uno de ellos, Carlos Bolsonaro, le agradeció durante su breve alocución "por toda la ayuda y la solidaridad durante los 23 días que pasamos dentro del hospital en Sao Paulo", mientras Jair Bolsonaro, de 63 años, se recuperaba de una puñalada en el abdomen que recibió en septiembre durante un mitin electoral.
PUBLICIDAD
Michelle Bolsonaro, que lleva el nombre Jair tatuado en la parte inferior de su muñeca, escogió un vestido rosa brillante ceñido al cuerpo, con escote barco y falda 3/4. Cabello a medio recoger y perlas acompañaron el look.
Durante su intervención, visiblemente emocionada, se volteó para besar dos veces a su esposo que escuchaba detrás de ella, ya con la banda presidencial verde-amarela cruzándole el pecho.
Fue aplaudida y en una ocasión su intérprete interrumpió con lágrimas. La iniciativa tuvo eco en Twitter, convirtiéndose en el segundo tópico más comentado al final de la tarde.
La esposa de Bolsonaro nació en Ceilandia, cerca de Brasilia. Coqueteó con el modelaje, pero desistió rápidamente. Pasó por algunos trabajos temporales hasta entrar al Congreso como secretaria. Allí conoció en 2007 a Bolsonaro.
La chispa de la pasión encendió rápido y poco tiempo después, el entonces diputado le hizo una oferta laboral que derivó en un matrimonio civil. La relación le costó el empleo a Michelle, por tratarse de un caso de nepotismo.
Madre de dos hijas, una de 16 años de una primera relación, y de la pequeña Laura Bolsonaro de 8 años, Michelle es, según conocidos, una mujer de pulso firme.
El tono melódico de su voz contrasta con el estilo marcial del marido, quien sólo tiene palabras de amor para esta rubia de fe tan comprometida que en sus nupcias eclesiásticas en 2013 prohibió música en vivo y escuela de samba, según reseñó el diario Folha de S. Paulo.
Ella tampoco escatima expresiones de admiración por el excapitán del Ejército que se hizo con la presidencia de Brasil.
Jair Bolsonaro "es humano, se preocupa por las personas, es un ser maravilloso, quien convive con él sabe que él es así", dijo la ahora primera dama en un video difundido por uno de los hijos de Bolsonaro este año.