Los demócratas volvieron a elegir el jueves a Nancy Pelosi como presidenta de la Cámara de Representantes mientras el 116to Congreso recibía a una nueva generación de legisladores: diversa como nunca antes y lista para enfrentarse al presidente Donald Trump en una era de gobierno dividido.
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Trump felicitó a Pelosi en una conferencia con reporteros en la sala de prensa de la Casa Blanca, y dijo que su elección era “un logro estupendo”.
Pelosi, elegida presidenta de la cámara baja por 220 votos a favor por 192 en contra, recibió el martillo de su investidura y afirmó que los electores estadounidenses “exigieron un nuevo amanecer” en los comicios de noviembre y confían en que “la belleza de nuestra Constitución” brinde controles y contrapesos frente al poder presidencial.
Pelosi invitó a varios hijos de legisladores a que la acompañaran en el estrado cuando juramentó como presidenta de la Cámara de Representantes y llamó la sesión al orden “a nombre de todos los niños de Estados Unidos”. Pelosi enfrentó 15 votos en contra de la bancada demócrata.
La composición del nuevo Congreso no tiene precedentes. La Cámara de Representantes tiene más mujeres que nunca, y una nueva generación de musulmanes, latinos, indígenas estadounidenses y afroestadounidenses está creando lo que académicos describen como una democracia más representativa de la población de Estados Unidos. La bancada republicana continúa siendo integrada principalmente por hombres blancos. En el Senado, los republicanos aumentaron su mayoría.
En una declaración a tono con el actual momento político, Pelosi, la única mujer que ha ocupado el cargo de presidenta de la Cámara de Representantes, se comprometió a conseguir que el Congreso trabaje para todos los estadounidenses, aun cuando su partido está dispuesto a desafiar a Trump con investigaciones y facultades para emitir citaciones que suponen grandes obstáculos para la agenda de la Casa Blanca.
El nuevo Congreso es el primero que sesiona en medio de un cierre parcial de gobierno, que comenzó hace 13 días debido a la exigencia de Trump de que se asignen recursos para construir un muro en la frontera con México.
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La Cámara de Representantes será “para el pueblo”, declaró Pelosi. Se comprometió a “restaurar la integridad al gobierno” y esbozó una agenda que incluye “bajar los costos de salud y los precios a los medicamentos controlados, proteger a las personas con problemas médicos preexistentes, así como aumentar los ingresos mediante la reconstrucción de Estados Unidos con infraestructura ecológica y moderna de costa a costa”.
La jornada legislativa transcurrió entre la celebración y la impaciencia. Los legisladores novatos llegaron _a menudo acompañados de parientes y amigos_ para juramentar en su cargo y posar para las fotografías protocolarias. Los demócratas se comprometieron a aprobar con rapidez una iniciativa para que el gobierno reanude su total funcionamiento, pero sin la financiación que Trump exige para cumplir su promesa de construir un muro fronterizo.
Por su parte, el vicepresidente Mike Pence tomó el juramento a los nuevos senadores, pero los republicanos en el Senado, bajo el líder de la mayoría Mitch McConnell, no tenían pensado considerar las iniciativas de la Cámara de Representantes para financiar al gobierno a menos que Trump acepte promulgarlas. Esta situación garantiza que el cierre no terminará, y empaña los primeros días de la nueva legislatura.