Nicolás Maduro, de 56 años, prestó juramento en uno de los salones del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y dio inicio así a su segundo período de seis años como presidente de Venezuela.
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La ceremonia es un hecho inédito y un abierto desafío a la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, que sostiene que la reelección de Maduro es ilegal y que ha amenazado con declararlo usurpador del cargo.
Al explicar las razones que llevaron a Maduro a jurar ante el TSJ y no en la Asamblea Nacional, como establece la constitución, el presidente del máximo tribunal, Maikel Moreno, argumentó que el Congreso “se encuentra en desacato” y en consecuencia “todos sus actos son nulos”.
“He cumplido con la constitución. Está certificado mi juramento y desde hoy asumo la presidencia de la república para el segundo período electo por el pueblo 2019-2025”, afirmó Maduro al ser juramentado.
Rechazo internacional
En la primera manifestación concreta del malestar regional, Paraguay rompió relaciones con Venezuela y, en sesión extraordinaria, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución que declara “ilegítimo” a Maduro.
La UE emitió una declaración en la que advirtió que tomará “medidas” si aumenta el deterioro de la situación en Venezuela. “La UE lamenta profundamente que (…) el presidente Maduro emprenda hoy un nuevo mandato sobre la base de elecciones no democráticas”, indicó el bloque.
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En su discurso de investidura, Maduro pidió “respeto” a la UE:
“Unión Europea, detente, no vengas con tu viejo colonialismo, no vengas con tus viejas agresiones”.
El gobernante también elogió en su discurso a los “chalecos amarillos” que desafían al gobierno francés presidido por Emmanuel Macron.
Estados Unidos anunció, por su parte, que aumentará la presión sobre lo que el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, llamo el “régimen corrupto”.
Del Grupo de Lima, solo México envió un representante a la toma de posesión, a la que asistieron los presidentes de Bolivia, Cuba, El Salvador y Nicaragua y delegados de otros países aliados de Venezuela, como China, Rusia y Turquía.
Canadá también se pronunció por medio de su ministra de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, quien aseguró que Maduro ha perdido “sus últimos aires de legitimidad”.
“Canadá rechaza la legitimidad del nuevo mandato presidencial de Nicolás Maduro. Le exhortamos a que ceda inmediatamente el poder a la Asamblea Nacional elegida democráticamente hasta la celebración de nuevas elecciones, que tienen que incluir la participación de todos los actores políticos y celebrarse tras la liberación de todos los prisioneros políticos de Venezuela”, indicó la canciller.
La UE, Estados Unidos y el Grupo de Lima, a excepción de México, desconocieron la reelección de Maduro en los comicios del pasado 20 de mayo.
*Con información de AFP y AP