Seis años después de iniciar su primer mandato, en medio de los sobresaltos que generó el fallecimiento de su antecesor y padre político, Hugo Chávez, el mandatario Nicolás Maduro arranca este jueves su controvertido segundo sexenio con un panorama nada fácil: con una creciente presión internacional y una crisis sin precedentes que ha desatado una de las mayores migraciones de la región.
Maduro, un exchofer de autobús y dirigente sindical de 56 años, se juramentará como presidente ante el Tribunal Supremo de Justicia en un hecho inédito y en abierto desafío a la Asamblea Nacional (controlada por la oposición) que se negó a juramentarlo alegando que su reelección es ilegal.
Con el rechazo de la mayoría de sus vecinos de la región y la Unión Europea que no reconocen su reelección, aunque con el apoyo de sus estrechos aliados como Rusia, China, Turquía, Irán, Cuba y Bolivia, el mandatario izquierdista deberá lidiar desde el primer día de su segundo mandato con más cuestionamientos y presiones de la comunidad internacional.
A pocas horas de que iniciara la ceremonia, sectores del oeste de Caracas amanecieron con una inusual presencia militar. También se mantenía un fuerte resguardo en el centro, donde está el TSJ y donde se prevé una movilización de partidarios chavistas.
Algunos centros educativos suspendieron las clases.
“Prosperidad económica”
“Asumo con mayor responsabilidad y compromiso el nuevo período presidencial 2019-2025. ¡Venceremos!”, escribió Maduro este jueves en Twitter, antes de juramentarse.
Maduro rechaza que se lo catalogue como un dictador y demerita los cuestionamientos que hacen los opositores y la comunidad internacional al proceso electoral del 20 de mayo, en el que alcanzó la reelección.
“Tenemos una legitimidad poderosa, histórica, pero además tenemos una legitimidad concreta de votos”.
“Tenemos una democracia fuerte”, sostuvo el mandatario y anunció que durante su segundo mandato se concentrará en mejorar la economía de Venezuela.
“Me comprometo a realizar los cambios que hacen falta en Venezuela para (…) la prosperidad económica”, dijo Maduro el miércoles.
Venezuela está sumida en una profunda crisis económica y social con una hiperinflación de siete dígitos y una fuerte recesión que se ha extendido por cuatro años consecutivos.
Las dificultades económicas han desatado una masiva migración de venezolanos en la región que Naciones Unidas estima en unos 3.3 millones de personas.
Analistas, de hecho, ven muy lejana la posibilidad de que la crisis venezolana pueda aplacarse o resolverse en los próximos años y prevén tiempos más difíciles en la nación petrolera.
*Con información de AP y AFP