El bullicio de la calle se transforma en murmullo en el interior del templo al que los peregrinos llegan para llevar sus peticiones a la imagen del Milagroso Cristo Negro.
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Pero ese momento no corresponde a la basílica ubicada en Esquipulas, Chiquimula, sino a lo que se vive cada 15 de enero en la parroquia de Nuestro Señor Jesucristo Crucificado de Esquipulas, conocida como Esquipulitas, en la zona 11.
El párroco, Ramiro González, asegura que en esa fecha reciben a cada año a entre 10 mil y 12 mil peregrinos.
“Es una opción muy especial para la comunidad”, afirma al referirse a la cercanía de ese templo respecto a Chiquimula.
El origen
El padre Ramiro le contó a Publinews que en 1966, por la inauguración del templo, les regalaron la imagen de un cristo crucificado.
Y, aunque no tiene el mismo color que el milagroso de Esquipulas, le han dado la misma devoción y por eso a la iglesia le quedó el nombre de “Esquipulitas”.
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“Vienen personas de las zonas 11 y 12 pero también de otros lugares como Villa Nueva, Amatitlán y Mixco”, afirmó el párroco.
Pero esa imagen, que está en el ingreso, no es apreciada por la mayoría de visitantes, quienes concentran su atención en el crucificado que están en el altar mayor y la otra réplica instalada para las personas que no pueden subir gradas.
El milagroso
Entre las filas hay personas que llegan con bastones, inmovilizadores y otros apoyos que evidencia sus problemas de salud.
Quienes pueden subir las gradas se mantiene con paciencia en la larga fila para esperar el momento en el que están a los pies de la imagen.
Ese momento en el que siente está solos frente al Cristo Negro es el que aprovechan para pedir un milagro o agradecer los favores recibidos.
A las oraciones se suman ofrendas como veladoras que con cariño y fe rozan en los pies del crucificado y luego se llevan y encienden.
En respeto al rito, los peregrinos bajan las gradas o se retiran de la imagen sin darle la espalda, en una maniobra que requiere coordinación para evitar un accidente.
La fiesta
El padre Ramiro dijo que el 15 de enero son celebradas al menos cuatro eucaristías. La última es a las 19 horas.
“El templo se cierra hasta que salga el último peregrino”, asegura el sacerdote.
Mientras tanto, en las afueras del templo hay ventas de comida típica, golosinas y además se ofrecerá un concierto de marimba.
El arribo de la noche es esperado para presenciar los juegos pirotécnicos con los que la comunidad se unirá en fervor y alegría alrededor del Cristo Negro de Esquipulas.
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