Dieciséis personas, entre ellas cuatro estadounidenses, murieron este miércoles en un atentado suicida del grupo Estado Islámico (EI) en Manbij, Siria.
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"Dos miembros del servicio estadounidense, un civil del Departamento de Defensa y un contratista que apoyaba" a este ministerio "fueron asesinados y tres miembros del servicio resultaron heridos", detalló el Pentágono.
El portavoz de la coalición internacional antiyihadista, liderada por Estados Unidos, precisó el ataque a causa de "una explosión cuando realizaban una patrulla de rutina".
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), el ataque se produjo cerca de un restaurante del centro de Manbij, en el norte del país.
Entre los otros 12 muertos hay cinco combatientes de una milicia árabo-kurda que acompañaban a la patrulla estadounidense, señaló la oenegé.
El EI reivindicó el atentado a través de un comunicado difundido por Telegram, afirmando que este fue realizado por alguien a quien llamaron "hermano kamikaze Abu Yasin al Shami", quien hizo detonar su chaqueta llena de explosivos al paso de una "patrulla con miembros de la coalición cruzada".
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"Zona de seguridad"
A pesar de las derrotas infligidas al EI, que vio los territorios bajo su control reducirse a una mínima expresión, el grupo yihadista aún logra perpetrar ataques mortíferos.
Liderada por Estados Unidos, la coalición opera en Siria contra el EI desde 2014, principalmente apoyando a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).
El ataque de este miércoles ha sido el más letal para las fuerzas estadounidenses en Siria, según cifras del Pentágono, que en los últimos años informó de dos estadounidenses muertos en combate en ese país en dos episodios distintos.
Trump lanzó recientemente la idea de crear una "zona de seguridad" de 30 kilómetros de ancho en Siria, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que su país se encargara de esta iniciativa.
Pero el influyente político kurdo, Aldar Jalil, alto cargo de la administración semiautónoma de la minoría kurda, rechazó la propuesta.
"Turquía no es neutral, es una parte interesada del conflicto (…) y no puede ser un garante de seguridad", señaló.
El jefe del estado mayor turco se reunió con su homólogo estadounidense este miércoles en Bruselas para definir las "modalidades" de esta "zona de seguridad", controlada por Ankara, según Ibrahim Kalin, portavoz de Erdogan.
Moscú, firme aliado del presidente Bashar Al Asad, parece rechazar también esta idea y estimó este miércoles que Damasco debe retomar el control del norte del país tras la retirada de las tropas estadounidenses.
"La única y mejor solución es el paso de estos territorios bajo control del gobierno sirio, de las fuerzas armadas sirias…", declaró el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.