Vigilada por la policía, la nueva caravana de migrantes salvadoreños partió a pie a eso de las 07:15 (hora local) del miércoles, desde la plaza El Salvador del Mundo, en el oeste de San Salvador.
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A pesar de que el presidente Donald Trump ha advertido que no permitirá la migración irregular, la caravana se suma a otra formada por unos mil hondureños que salió el martes de San Pedro Sula.
“Decidimos viajar porque aquí, por vivir en una zona de inseguridad, desconfían de uno y no le dan trabajo”, declaró Franklin Martínez, de 34 años, quien viajaba en la caravana acompañado de su pareja, Zaraí, y de su hija, Camila, de solo 2 años.
Martínez intentó sobrevivir transportando personas en un microbús “pirata” (sin permisos) al no encontrar trabajo formal, pero desistió por “las multas constantes” que le imponía la policía.
Por su parte Jonathan Ramos, salvadoreño de 30 años que viaja en la movilización, expresó que “la primera opción” es llegar a Estados Unidos, pero si esa meta no es posible se quedará en México “trabajando”, ya que ese país ofreció permisos laborales.
Travesía peligrosa
La viceministra para los salvadoreños en el exterior, Liduvina Magarín, que se presentó en la plaza El Salvador del Mundo para ver a los migrantes, advirtió que emprenden “una travesía lo más peligrosa que se puedan imaginar”, por la trata de personas y otros delitos a los que se exponen.
“Impacta que lleven niños, sabemos lo que sufren”, dijo Magarín, y por ello “la responsabilidad es muy grande de los adultos al llevar sus niños. No deberían hacerlo”.
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Al salir de San Salvador, la caravana tomó el bulevar monseñor Óscar Arnulfo Romero dirección a la frontera con Guatemala.
*Con información de AFP