El hijo del mandatario, Flavio Bolsonaro, ha sido objeto de críticas luego de que el Consejo de Control de Actividades Financieras, el organismo regulador financiero del país, dio a conocer unos pagos sospechosos a su exchofer.
La familia Bolsonaro y el chofer negaron haber cometido alguna acción ilegal en relación con los pagos por 320.000 dólares realizados entre 2016 y 2017 y que se hicieron públicos a fines del año pasado.
La controversia se agravó el jueves cuando un magistrado del Supremo Tribunal Federal del país, Luiz Fux, ordenó a un tribunal estatal de Río de Janeiro suspender temporalmente la investigación.
Los abogados de Flavio Bolsonaro argumentaron que ser un senador electo implica que el caso debe ser resuelto por el máximo tribunal, un privilegio del cual disfrutan los políticos en Brasil.
Flavio y otros senadores prestarán juramento cuando el Congreso convoque a sesión el próximo mes.
“Es absurdo”, dijo Adriana Balthazar, líder del grupo conservador y en contra de la corrupción “Vengan a las Calles”, el cual organiza protestas callejeras y apoyó a Bolsonaro durante la campaña presidencial del año pasado.
“Es un terrible ejemplo de un gobierno en el que quería creer. Va en contra de todo lo que los Bolsonaro predicaron durante la campaña”, indicó Balthazar.
Explicaciones crean más dudas
Como candidatos, los Bolsonaro hicieron campañas con mensajes contra la corrupción y criticaron dichas protecciones.
Uno de los pagos señalados pasó por una cuenta bancaria de la esposa del presidente, Michelle Bolsonaro.
Sin embargo, incluso algunos simpatizantes dijeron que sus explicaciones no han sido suficientes. Por ejemplo, el presidente explicó el pago a su esposa diciendo que fue el reembolso de un préstamo personal hecho al chofer y que fue depositado a la cuenta de la futura primera dama porque Bolsonaro estaba muy ocupado como para ir al banco.
Aunque no está claro lo que ocurrió y no se han presentado cargos, una de las posibilidades es un sistema que es común dentro de la política brasileña. Funciona de esta forma: un legislador contrata a varias personas bajo la condición de recibir una comisión de sus salarios.
Antes de ser elegido para el Senado, Flavio fue diputado estatal de Río de Janeiro.
El regulador financiero ha dicho que muchos de los pagos hechos al chofer, Fabricio Queiroz, se realizaron en los días de paga de las personas en la nómina de Flavio Bolsonaro.
Varios defensores de la lucha contra la corrupción utilizaron Twitter para expresar su descontento con la situación.
“No hay ninguna forma en la que esté de acuerdo con esta decisión, que va en contra del propio precedente del Supremo Tribunal Federal”, aseveró Deltan Dallagnol, fiscal principal de la “Operación Autolavado”, la investigación más grande de corrupción de Brasil.
Janaina Paschoal, diputada estatal y cuyo nombre estuvo en la terna como posible vicepresidenta de Bolsonaro, tuiteó que la decisión del juez había sido “errónea”.
En tanto, Kim Kataguiri, líder de otro movimiento callejero de derecha, escribió que la solicitud de Flavio Bolsonaro “huele mal” y era “como mínimo, sospechosa”.
Los medios locales reportaron un creciente descontento entre los miembros militares del gobierno, una fuerza influyente en el gobierno de Bolsonaro.