El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, tuvo que hablar con la policía tras haberse puesto al volante sin atarse el cinturón de seguridad, dos días después de salir indemne de un accidente de tráfico.
La policía se ocupó del caso después de que la prensa publicara fotos tomadas el sábado en las que aparecía el príncipe, de 97 años, sin cinturón de seguridad al volante de un nuevo Land Rover Freelander en la propiedad real de Sandringham.
Una portavoz de la policía de Norfolk indicó que el cuerpo de seguridad estaba al corriente de las fotografías y precisó "que se dieron los consejos apropiados al conductor".
"Esto se corresponde con nuestra reacción habitual cuando nos enteramos de unas imágenes así, donde se muestra este tipo de delito", explicó.
El príncipe salió ileso pero "conmocionado", según un testigo, de un accidente de tráfico ocurrido el jueves cerca de Sandringham, en Norfolk (este de Inglaterra), donde Isabel II y él pasan gran parte del invierno.
El Land Rover Freelander que conducía el príncipe volcó tras salir de un camino de la propiedad real para incorporarse en una carretera y chocó con un Kia.
En el Kia iban dos mujeres y un bebé de nueve meses, que no resultó herido. La pasajera se rompió la muñeca y la condutora resultó levemente herida en la rodilla.
"Según el procedimiento habitual en lo que respecta a colisiones en las que hay heridos, el accidente será investigado y se tomarán las medidas adecuadas", indicó el viernes en un comunicado la policía de Norfolk.