Este lunes en el programa A Primera Hora, de Emisoras Unidas, se conversó sobre la coyuntura nacional con Richard Aitkenhead, excomisionado presidencial del gobierno de Óscar Berger, exministro de Finanzas y negociador de los Acuerdos de Paz.
Cómo superar los retos como país y cuál debería ser el camino que deben tomar los diferentes sectores, fue el tema analizado.
El exfuncionario resaltó que a lo largo de los últimos 70 años el país ha estado en condiciones de hacer transformaciones, y aunque se ha empezado bien el proceso, al “atrincherarse” ciertas personas que ven afectados sus intereses, estos cambios no han sido posibles de completar.
Detalló que cada vez se radicalizan más las distintas posiciones y todo recae a ese “viejo enfrentamiento ideológico que tenemos posterior a la revolución de 1944”.
Consideró que se empieza a descalificar al enemigo y esto se da de tal forma que los temas que están en discusión, y que se pretenden modificarse, pasan a segundo plano y se vuelve algo emocional.
En su opinión, actualmente los temas de Estado han tomado posturas ideológicas y esto no debería ser de esa manera para poder avanzar como país.
“Deberíamos de tener ciertos temas que son nacionales, al margen de ideologías, y debemos estar todos estar conformando fuerzas y apoyando para que los cambios se den. Al no hacerlo, lo que como sociedad empezamos a hacer es jugando el sálvese quién pueda”, señaló.
En ese sentido, resaltó la importancia de que se erradique la politización mediante puntos de acuerdo y evitando la confrontación, principalmente en redes sociales, en donde señaló que existe el gran problema de que se polariza la temática.
“La gente sigue a aquellos que les gusta lo que dicen y muchas veces para tener seguidores hay que ser cada vez más extremos en las opiniones y lo que se va haciendo es dividiendo en bandos”, expuso.
Reformas constitucionales
Aitkenhead habló además sobre las reformas a la Constitución Política de la República de Guatemala, que consideró son necesarias.
“El arte de evitar los cambios en Guatemala” consiste en decir, por ejemplo, que no se necesitan diez, sino 50 reformas, para que la discusión se vuelva más compleja y más difícil. También consiste en descalificarse o agredirse unos a otros, expuso.
“Si aprendemos a hacer reformas vamos haciendo las que permitan que nuestra Constitución vaya acorde a los tiempos. No se puede detener el tiempo, el mundo está cambiando con mucha velocidad”, concluyó.