Tras el anuncio hecho por el jefe parlamentario venezolano, Juan Guaidó, quien este miércoles se autoproclamó “presidente encargado” del país, el mandatario Nicolás Maduro respondió en un discurso en el que acusó esa decisión de ser un intento de golpe de Estado orquestado por Estados Unidos.
El mandatario, quien se pronunció ante una multitud de seguidores oficialistas, con motivo del 61 aniversario de la Rebelión Popular del 23 de enero de 1958, aseguró que los acontecimientos de esta mañana no doblegarán a su gobierno y calificó a Guaidó de ser un “títere” dominado por el gobierno estadounidense.
“Solo el pueblo pone y quita”, aseguró Maduro en su discurso.
“No queremos volver al siglo 20 de intervenciones gringas (…) El Gobierno imperialista de Estados Unidos dirige un golpe de Estado para imponer un gobierno títere acorde a sus intereses”.
Maduro también acusó al vicepresidente estadounidense, Mike Pence, de “ordenar la imposición de un presidente extraconstitucional” y calificó de “gravísima irresponsabilidad” la decisión de Guaidó.
Por ende, Maduro anunció que rompía, de inmediato, relaciones con Estados Unidos, y dio un ultimátum de 72 horas a todo el personal diplomático y consular de ese país para que abandone el territorio venezolano.
“¡Fuera! ¡Se van de Venezuela! Basta de intervencionismo. ¡Aquí hay dignidad, caraj…! ¡Aquí hay pueblo dispuesto a defender esta tierra!”, añadió.
“¡Nadie debe meterse en los asuntos internos de Venezuela!”.
Miden fuerza en las calles
Mientras tanto, decenas de miles de venezolanos, unos opositores y otros oficialistas, se encontraban en las calles de la capital del país manifestando en contra y a favor del gobierno de Maduro.
Portando banderas y gritando consignas en contra el gobierno, los manifestantes tomaron Caracas exigiendo la salida del poder del líder socialista.
Maduro, agobiado por las crecientes presiones internacionales, también había llamado a movilizaciones similares en su apoyo, convirtiendo la jornada en una nueva medición de fuerzas con los sectores de oposición.
Desde el amanecer, la policía se había agrupado en calles del centro y el este de la capital, donde estaban previstas esas marchas.
En la céntrica Plaza Venezuela fueron apostados varios centenares de guardias nacionales con equipos antimotines y camiones cisterna y blindados.
En medio de las tensiones, se reportó que los cuerpos de seguridad utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a manifestantes que bloqueaban una de las principales autopistas de Caracas.
Imágenes difundidas por agencias de noticias y por canales de televisión mostraban los enfrentamientos entre los inconformes y las fuerzas de seguridad.
Guaidó, “presidente encargado”
Hacia el mediodía del miércoles, la tensión escaló luego de que el jefe parlamentario, Juan Guaidó, se autoproclamara “presidente encargado” de Venezuela.
“Juro asumir formalmente las competencias del Ejecutivo Nacional como el presidente encargado de Venezuela para lograr el cese de la usurpación, un gobierno de transición y tener elecciones libres”, manifestó Guaidó ante una multitud.
“Hermanos y hermanos: hoy doy el paso con ustedes, entendiendo que estamos en dictadura”.
Tras el anuncio, varios países de la región, entre ellos Estados Unidos y Colombia, fervientes detractores del gobierno de Maduro, manifestaron su respaldo a Guaidó.
El presidente estadounidense, Donald Trump, también emitió un comunicado en el que reconocía al jefe parlamentario como “presidente interino” del país sudamericano.
“Hoy, estoy reconociendo oficialmente al Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela. En su papel de única rama legítima del gobierno debidamente elegida por el pueblo venezolano, la Asamblea Nacional invocó la Constitución del país para declarar a Nicolás Maduro ilegítimo y, por lo tanto, la oficina de la presidencia quedó vacante”, expresó Trump.
Además de Estados Unidos, también el secretario general de la OEA, Luis Alamagro y los gobiernos de países como Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Perú expresaron su apoyo al jefe parlamentario.