El sumo pontífice llamó a los adultos a ayudar en una formación sólida para los jóvenes tras escuchar conmovedores testimonios de peregrinos que debieron sortear problemas de drogas y crecer en lugares de conflicto.
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En una multitudinaria y colorida vigilia en un campo al que se le bautizó San Juan Pablo II, Francisco dijo que “es imposible que alguien crezca si no tiene raíces fuertes que ayuden a estar bien sostenido y agarrado a la tierra”.
“Qué fácil resulta criticar a los jóvenes y pasar el tiempo murmurando si les privamos de oportunidades laborales, educativas, comunitarias desde dónde agarrarse y soñar el futuro”, señaló el papa, en el penúltimo día de la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá.
Éste también fue un día en que Francisco compartió una comida con diez jóvenes peregrinos de diversos países, un momento inolvidable para los chicos dado que les permitió conversar sobre los escándalos de abuso sexual de la Iglesia católica y la difícil situación de los cristianos en el Medio Oriente.
El papa, que arribó el miércoles en su primera visita a un país centroamericano, cerrará este domingo, 26 de enero, la jornada con una misa por la mañana en el mismo campo de la vigilia, una visita a un albergue que ayuda a enfermos con VIH-Sida y un encuentro con los voluntarios de la jornada.
Emilda Santos Montezuma, de Panamá, preguntó cómo lograr cambios en los sistemas políticos, en los problemas del medio ambiente, en mejorar la calidad de vida de las personas, y Francisco le respondió que son los jóvenes los que deben liderar las transformaciones.
La comida se llevó a cabo luego de consagrar la Catedral Santa María la Antigua durante una misa en la que Francisco trató de inyectarle un vigor renovado al clero de América Latina tras reconocer que puede haberse fatigado de las cargas de su trabajo y de una Iglesia “herida por su propio pecado”.
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“Sería imposible tratar de abarcar todas las situaciones que resquebrajan la vida de los consagrados, pero en todas sentimos la necesidad urgente de encontrar un pozo que pueda calmar y saciar la sed y el cansancio del camino”, manifestó Francisco, quien visitaba por primera vez América Central.
El papa advirtió que su cansancio a veces puede ser paralizante, pero los instó a recuperar la alegría y la fe que los inspiraron originalmente.
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*Con información de AP.