Al respecto, el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, detalló que de los 114 decesos, 46 fueron pacientes hospitalizados por las quemaduras que sufrieron.
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Aún permanecen 33 personas hospitalizadas, de las cuales 23 están en unidades de la Ciudad de México, cuatro en el Estado de México, tres en el estado de Hidalgo y tres en Galveston, Texas.
Alcocer agregó que quienes siguen internados corren un gran riesgo de contraer infecciones renales, cardiovasculares y respiratorias debido a que inhalaron un aire tan caliente que les quemó las tráqueas y los bronquios.
"Algunos de los pacientes hospitalizados tienen más propensión a presentar infecciones sistémicas en riñones, en la función cardiovascular y en las vías respiratorias, debido a que en el momento de la explosión respiraron aire caliente y sufrieron quemaduras en tráquea y bronquios", explicó la secretaría en un comunicado.
La tragedia ocurrió el 18 de enero, en una toma clandestina de un oleoducto que derramaba gasolina en el pueblo de Tlahuelilpan. El combustible se incendió posteriormente, en medio de una enorme bola de fuego. La gente que estaba cerca del lugar murió incinerada al instante.
*Con información de Publimetro México y AP.