El opositor Juan Guaidó, reconocido por varios países como presidente interino de Venezuela, advirtió este domingo a los militares que impedir la entrada de ayuda humanitaria los convierte en “casi genocidas”, porque es “delito de lesa humanidad”.
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“Esto tiene responsables y que lo sepa el régimen. Eso es delito de lesa humanidad, señores de la Fuerza Armada”, declaró Guaidó a la prensa, tras asistir a una misa en Las Mercedes, este de Caracas, con su esposa Fabiana Rosales y su bebé de 20 meses.
Guaidó, jefe del Parlamento de mayoría opositora, aseguró que los militares se convierten en “victimarios” y “casi genocidas”, por “acción” cuando “asesinan” a jóvenes que protestan y “por omisión” cuando “no permiten la ayuda humanitaria”.
El líder opositor reiteró su llamado a una marcha el próximo martes, Día de la Juventud, en memoria de los fallecidos (unos 40 en disturbios desde el 21 de enero, según la ONU), y para exigir que se permita el ingreso de la ayuda.
Medicinas y alimentos enviados por Estados Unidos permanecen desde hace tres días en bodegas del centro de acopio instalado en Cúcuta, Colombia, cerca del puente fronterizo Tienditas, bloqueado por militares venezolanos con dos contenedores y una cisterna.
El presidente venezolano Nicolás Maduro sostiene que la “emergencia humanitaria” es “fabricada desde Washington” para “intervenir” al país petrolero, califica de “show político” el despliegue de la ayuda y culpa de la escasez de alimentos y medicinas a sanciones de Estados Unidos.
“Entiendo que el régimen se niegue a reconocer la crisis que ellos generaron. Pero los venezolanos estamos trabajando muy duro para que cese la usurpación (de Maduro en el poder) y atender esta emergencia”, dijo Guaidó, ante un nutrido grupo de periodistas y seguidores.
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En la peor crisis de su historia moderna, Venezuela sufre escasez de productos básicos e hiperinflación. Huyendo de la debacle, unos 2.3 millones de venezolanos emigraron desde 2015, según la ONU.
El dilema de la Fuerza Armada
La Fuerza Armada, columna vertebral del gobierno, inició este domingo ejercicios militares, que se extenderán hasta el 15 de febrero en todo el país, a fin de “fortalecer la capacidad defensiva del territorio”, según la convocatoria.
“Lamento por lo que hacen pasar a nuestra Fuerza Armada. Depende de ustedes (…). Hemos colocado el dilema claramente, estamos dándole una orden: que permitan el ingreso de la ayuda humanitaria”.
Con ese “dilema” y la oferta de amnistía, el opositor, de 35 años, trata de quebrar el principal sostén de Maduro aunque la cúpula le ha reiterado “lealtad absoluta”.
Guaidó anunció que este fin de semana se inscribieron cientos de voluntarios para colaborar con el “complejo” proceso de entrada de la ayuda, y que pronto llegarán más cargamentos a centros de acopio en el vecino Brasil y en una isla caribeña.
“Hoy hay sentenciados a muerte 300 mil venezolanos si no se atiende la emergencia”.
“El futuro es nuestro”
Guaidó reiteró este domingo su rechazo a una negociación con Maduro, señalando que el gobierno ha usado conversaciones previas para oxigenarse.
“Hoy el tiempo no juega a su favor. Como nunca antes está cerca la democracia, el futuro es nuestro”.
“Todos los buenos oficios de los países que quieren acompañar el proceso que lleven al cese de usurpación, al gobierno de transición y a elecciones libres, será por supuesto bien recibido”, declaró.
El Grupo de Contacto Internacional (CGI), integrado por países europeos y latinoamericanos, se reunió en Montevideo el jueves y pidió elecciones presidenciales “libres” en su declaración final.
Maduro rechazó lo que consideró una “parcialización” del CGI y dijo esperar que el papa Francisco acepte su llamado a mediar en una negociación.
El Grupo de Contacto también decidió enviar una misión técnica a Venezuela e instó a “permitir la entrada urgente” de ayuda y coordinar para ello con la ONU, la cual ha dicho que sólo actuará con acuerdo de las autoridades.
Guaidó se autoproclamó presidente interino el 23 de enero luego de que el Parlamento declarara a Maduro “usurpador” por haber sido reelegido en unas elecciones cuestionadas dentro y fuera de Venezuela.