El Senado de Estados Unidos confirmó este jueves a William Barr como nuevo fiscal general, un cargo desde el cual podrá supervisar la investigación sobre la posible colusión de la campaña presidencial de Donald Trump con Rusia.
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Su nominación recibió 54 votos a favor y 45 en contra en el Senado, de mayoría republicana.
Barr ya había ocupado el puesto entre 1991 y 1993 durante la administración de George W. Bush.
Trump cuestionó duramente la investigación sobre la injerencia rusa que lleva adelante el fiscal especial Robert Mueller y la considera una "caza de brujas".
Durante su testimonio ante el Congreso, Barr dijo, de todos modos, que no coincide con esta descripción y que permitirá que Mueller complete su investigación sin ponerle trabas.
La Casa Blanca consideró que la confirmación de Barr representa una "gran victoria para la justicia y el estado de derecho en Estados Unidos".
El sustituto de Sessions
El nuevo fiscal general, que trabajó durante 25 años como abogado corporativo, asumirá el cargo en medio del conflicto que enfrenta al presidente, que quiere un mayor control del Departamento de Justicia, con Mueller.
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Barr fue confirmado pese a no haber querido comprometerse a hacer público el informe de Mueller cuando esté terminado, lo que molestó a muchos demócratas.
De todas formas, prometió ser lo más transparente posible, una afirmación que no contentó a muchos críticos.
El abogado reemplazará a Jeff Sessions, que fue despedido por Trump en noviembre en medio de la creciente presión sobre la Casa Blanca por la investigación de Mueller.
Sessions enojó a Trump cuando decidió recusarse de supervisar esa pesquisa por sus propios contactos con rusos.
En 2017, cuando estaba en el sector privado, Barr fue un fuerte crítico de la investigación.
Durante su audiencia de confirmación dijo que mantendrá su independencia y que rechazará cualquier orden de la Casa Blanca para despedir a Mueller sin una causa justa.