Al menos 17 personas murieron, entre ellas cuatro niños, por un incendio en un autobús interprovincial en Perú.
Las llamas surgieron en la parte trasera del segundo piso del autobús, luego de que este se detuviera para recoger pasajeros en la terminal de Fiori, a un costado de la ruta Panamericana.
Los víctimas intentaron escapar, pero se obstruyeron unas a otras, mientras las llamas y el humo cubrían velozmente el vehículo.
"Al momento de querer evacuar el segundo nivel del ómnibus, todas (las personas) han quedado atrapadas en la bajada hacia el primer nivel", dijo el jefe de bomberos Mario Casaretto.
Inicialmente, bomberos habían dicho que los muertos eran "al menos 20", pero la cifra fue rebajada a 17 más tarde por la fiscalía.
Otros siete pasajeros resultaron heridos y fueron llevados a dos hospitales cercanos.
El chofer y su asistente, por su parte, permanecían detenidos a la espera de declarar ante la fiscalía.
Se trata de uno de los peores accidentes ocurridos en la capital peruana en las últimas dos décadas.
"Empecé a salir a salvarme"
El autobús de línea, de la compañía Saj, se aprestaba a partir hacia la ciudad de Chiclayo, 750 kilómetros al norte de Lima, cuando se desató el fuego.
Las causas todavía son investigadas por la policía.
Los fallecidos son cuatro niños y 13 adultos (cinco mujeres y ocho hombres).
"Se quema el carro, entonces yo he corrido para arriba y la gente, al ver que se estaba quemando, bajaba (desde el segundo piso del bus) y yo no he podido salvar a mi familia", relató entre sollozos José Alberto Olivos, quien perdió a seis familiares en la tragedia: su esposa, dos hijos y tres nietos.
"Corrían y yo también empecé a salir a salvarme a como dé lugar, y salí, pero se llenó de humo todo", contó Juan Alarcón, otro sobreviviente.
Informalidad en el transporte
La tragedia puso de relieve el caos del transporte público en Perú.
La terminal de Fiori operaba ilegalmente, tras haber sido clausurada por las autoridades municipales en enero del año pasado debido a la venta clandestina de combustible para los autobuses.
"Este espacio venía funcionando con informalidad. Pareciera ser que, en el segundo piso del bus, estaban llevando combustible" en recipientes, indicó el alcalde metropolitano de Lima, Jorge Muñoz, al visitar el lugar del siniestro.
Por su parte, el alcalde de San Martín de Porres, Julio Chávez, dijo que aunque la terminal había sido clausurada, varias líneas de buses continuaron utilizándola por falta de fiscalización de los servicios de transporte público.
Pero el presidente de la asociación de buses interprovinciales, Wilmer Andía, también atribuyó responsabilidad al municipio, afirmando que sus decisiones propiciaban la informalidad.
"Se estaba utilizando el terminal y el perímetro porque la municipalidad, luego de habernos permitido trabajar en la (vecina) terminal Marco Polo Flores, de manera unilateral nos ha negado las licencias de funcionamiento", afirmó Andía.
Lima ha ganado fama por el caos vial y la informalidad con que operan buena parte de los servicios de transporte público, como autobuses y taxis.
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*Con información y video de AFP