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Revelan la carta que dejó el expresidente Alan García antes de quitarse la vida

"No hubo ni habrá cuenta ni soborno, ni riquezas, la historia tiene más valor que cualquier riqueza material", señaló el expresidente en su misiva.

En una carta escrita antes de quitarse la vida de un disparo en la cabeza, el expresidente peruano, Alan García, rechazó las acusaciones de corrupción en su contra.

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"He visto a otros desfilar esposados guardando su miserable existencia, pero Alan García no tiene por qué sufrir esas injusticias y circos", escribió el exmandatario.

El mensaje iba dirigido a sus seis hijos.

"No hubo ni habrá cuenta ni soborno, ni riquezas, la historia tiene más valor que cualquier riqueza material", señaló García en la carta, leída por su hija Luciana, durante las exequias.

El exmandatario, de 69 años, quien estuvo obsesionado durante su prolífica y controvertida carrera política de cuatro décadas por el lugar que ocuparía en la historia, escribió no estar dispuesto a soportar humillaciones.

Carta a sus hijos

A continuación, el texto completo de la carta:

"Cumplí la misión de conducir el aprismo al poder en dos ocasiones e impulsamos otra vez su fuerza social. Creo que esa fue la misión de mi existencia, teniendo raíces en la sangre de ese movimiento.

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Por eso y por los contratiempos del poder, nuestros adversarios optaron por la estrategia de criminalizarme durante más de treinta años. Pero jamás encontraron nada y los derroté nuevamente, porque nunca encontrarán más que sus especulaciones y frustraciones.

En estos tiempos de rumores y odios repetidos que las mayorías creen verdad, he visto cómo se utilizan los procedimientos para humillar, vejar y no para encontrar verdades.

Por muchos años me situé por sobre los insultos, me defendí y el homenaje de mis enemigos era argumentar que Alan García era suficientemente inteligente como para que ellos no pudieran probar sus calumnias.

No hubo ni habrá cuentas, ni sobornos, ni riqueza. La historia tiene más valor que cualquier riqueza material. Nunca podrá haber precio suficiente para quebrar mi orgullo de aprista y de peruano. Por eso repetí: otros se venden, yo no.

Cumplido mi deber en mi política y en las obras hechas en favor de pueblo, alcanzadas las metas que otros países o gobiernos no han logrado, no tengo por qué aceptar vejámenes. He visto a otros desfilar esposados guardando su miserable existencia, pero Alan García no tiene por qué sufrir esas injusticias y circos.

Por eso, le dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones; a mis compañeros, una señal de orgullo. Y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios, porque ya cumplí la misión que me impuse.

Que Dios, al que voy con dignidad, proteja a los de buen corazón y a los más humildes".

García utilizó un arma de fuego para dispararse en la cabeza momentos antes de ser detenido por las autoridades, quienes lo investigaban por presunto lavado de activos y colusión en un caso vinculado al escándalo de la brasileña Odebrecht, en Perú.

*Con información de AFP

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